Gracias a todos los que me han felicitado por mi santo, me dieron una gran alegría, y a los que se les olvidó, decirles que no se preocupen, que yo no me enfado. Eso le ha sucedido a mi madre. A la pobre ayer se le olvidó felicitarme y hoy me ha llamado llorando. No te preocupes MADRE, esos fallos, a tu edad son normales. ¡TE QUIERO!
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