domingo, 8 de marzo de 2015

MANIFIESTO PARA EL DÍA DE LA MUJER





Este 8 de marzo, nosotras, las mujeres de la Marcha Mundial de las Mujeres seguimos resistiendo, y construyendo un mundo para nosotras, los pueblos, los seres vivos y la naturaleza. Estas acciones continúan enfrentándose a los embates del paradigma mortal del capitalismo con sus falsas salidas a las crisis y de una ideología fundamentalista conservadora.



El capitalismo pasa por un importante proceso de reestructuración para mantener el orden actual de explotación y opresión, reforzado por la actual crisis global, evidenciando que vivimos en un modelo injusto e insostenible. Frente a todas las crisis, este sistema presenta falsas soluciones, que significan más mercado y más concentración de la riqueza, impuestas mediante violentos procesos de expropiación.

 La deuda ilegitima, la expropiación de la naturaleza, los ataques a los derechos y a la soberanía de los pueblos, el control sobre el cuerpo y la vida de las mujeres, el aumento de la militarización, la criminalización de las luchas sociales, y la violencia son mecanismos que sustentan la acumulación por desposesión del neoliberalismo

Se impone una insoportable mercantilización de todas las dimensiones de la vida humana. Esto sucede especialmente con la explotación de los cuerpos de las mujeres, desde la industria de la belleza hasta la trata y la prostitución

Denunciamos la continua imposición de acuerdos sobre libre comercio, que intentan transformar los bienes comunes como la salud, la educación y el agua en mercancías, y generar un mercado de explotación de la mano de obra barata en los países del sur. Rechazamos la cultura del consumo que va empobreciendo más las comunidades, generando dependencia y exterminando las producciones locales.

El tiempo y el trabajo de las mujeres se utilizan como un factor de ajuste. La economía de mercado se sustenta a partir de nuestro trabajo no remunerado y la desigualdad que vivimos en el trabajo remunerado. Presenciamos el aumento del conservadurismo, con la valoración del papel de la mujer en la familia para justificar su sobrecarga de trabajo.


Construir la economía feminista y solidaria significa alterar los patrones de ( re) producción, distribución y consumo, además de reconocer y valorar el trabajo doméstico y de cuidados como algo fundamental para la sostenibilidad de la vida humana.

  Nos solidarizamos con las mujeres en lucha en toda Europa, que se están organizando para resistir la ofensiva neoliberal y retrógrada promovida por las instituciones financieras y políticas de la troika, a servicio de intereses de las corporaciones transnacionales. Nos solidarizamos también con todas las mujeres del sur que enfrentan hambrunas, empobrecimientos, esclavitud laboral y violencia pero que siguen construyendo su resistencia.

 Denunciamos el avance de la militarización y el autoritarismo en todo el mundo como estrategia de control de nuestros cuerpos, vidas, movimientos y territorios y garantía para la neo colonización, el nuevo saqueo y apropiación del capital sobre los recursos naturales y la manutención del enriquecimiento de la industria armamentista en frente a la crisis.

Nos solidarizamos con las mujeres y los pueblos en resistencia y lucha en todos los territorios que están en guerra, bajo control militar y en riesgo de serlo, o viviendo los impactos nefastos de una presencia militar extranjera.

Nos solidarizamos con todas las mujeres que continúan luchando y enfrentando los embates de la policía, los servidores públicos y de la justicia injusta, así como a las que enfrentan la violencia en su contra.


Apoyamos las luchas jornaleras de las mujeres de nuestra provincia y las  víctimas de los desahucios


Denunciamos un contexto que profundiza la mercantilización de los bienes comunes y el avance y control de los territorios para el agro negocio destruyendo comunidades y la soberanía alimentaria. Denunciamos la imposición de pesticidas y semillas modificadas genéticamente, que generan dependencia de agricultores y  agricultoras. Somos protagonistas de la resistencia y la defensa de nuestros territorios,  y defendemos la agroecología como un medio de producción de alimentos saludables, esenciales para garantizar la soberanía alimentaria .


Denunciamos la estrategia concertada de recortes de derechos sociales  que busca revitalizar los dogmas y valores conservadores y que ponen en riesgo los logros o avances de las mujeres en el mundo. Se cierran espacios de participación, se criminaliza la protesta, y se cercena el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. Nuestra autodeterminación reproductiva está amenazada donde la hemos conquistado.


 Frente a estas situaciones, estamos en las calles, tenemos alternativas y las estamos construyendo y llamamos a la articulación de un movimiento de mujeres en  las alianzas con  otros movimientos sociales, por un mundo de justicia y libertad


Manifestamos nuestro apoyo a las acciones convocadas por la Marcha Mundial de las Mujeres, que desde el 8 de marzo hasta el 17 de octubre parten de Kurdistan y Grecia, hacia Lisboa, para promover  acciones a lo largo del arco Mediterráneo

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