viernes, 10 de abril de 2015

ESPEJO DE PLACIDEZ EN EL AGUA DE LA CHARCA


El panorama del parque de Pegalajar en obras es deprimente. Los jardines están desolados, los árboles, sin hojas, su cielo, sin pájaros, su alma, sin vida  y muchos montones de tierra por medio. Desolación y soledad por doquier. 

 Eso es lo que más duele de un parque que esté deshabitado, que  no estén los niños jugando, gritando y correteando por sus paseos. Afortunadamente, y como contrapunto, la Charca está espléndida. En ella podemos consolarnos. Sus aguas son un espejo de luz, de calma y de   placidez.  ¡¡¡Miradla qué bella está!!!









 


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