El origen de esta efeméride, según los estudiosos del tema, se remonta a 1926. Se dice que Cervantes y Shakespeare murieron el 23 de abril de 1616, pero Cervantes falleció el día 22 de abril. El 23 fue reflejado por escrito el documento de su sepelio. Y Shakespeare tampoco murió ese día, porque en ese tiempo en Inglaterra se regían por el calendario juliano. Cuando los británicos ajustaron sus fechas al calendario gregoriano, que era mucho más perfecto porque corregía las desviaciones de la órbita del planeta Tierra, la muerte de Shakespeare ocurrió a primeros de mayo. Pero que estos dos importantes escritores no hayan muerto el mismo día no asegura que en la vida de ambos no haya coincidencias.
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