Ser madre duele en el alma, pero los hijos son parte de tu propia vida. Vives por ellos y sus triunfos los celebras como propios y sabes sacrificarte por ellos SIEMPRE. No juzguemos tan a la ligera a nuestras madres por alguna menudencia, nunca sabremos qué batallas están librando. No seamos jamás ingratos con ellas. Amémoslas y demostrémosles nuestro cariño cada día. Ellas lo necesitan para seguir viviendo.
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