lunes, 23 de enero de 2023

ABRAZO DE AMOR


 

El abrazo de Gustav Klimt

 

Cuando me acunas en tu regazo,

de mis labios van surgiendo

manantiales de cristal y de esperanza

como perlas nacaradas

de un amanecer de mayo.

 Eres como un mar salobre que,

con sus olas espumosas,

abanica las playas del alma mía.

 Qué sabor a mar en el cuenco de tu mano.

Eres una caracola con el sabor del océano.

 Qué de olas, palpitantes y encendidas,

se acrecientan en mi pecho

cuando trazas pinceladas

con el paladar de azúcar

sobre mi piel temblorosa.

 Qué de peces se resbalan por mis senos

con su fluir de burbujas y de espumas

diamantinas saciando afanes profundos

o, tal vez, curando heridas.

Qué aleteos, azules y anaranjados,

de gaviotas sedientas o de tímidas palomas

se te escapan suavemente

por las yemas de los dedos.

 

Qué de luces de arco iris y de aurora

se proyectan sutilmente

en el vidrioso contorno,

frágil y acaramelado, de unos ojos

heridos por la pasión.

 

Qué de risas en tu boca de jazmín

y en el arco que proyecta su silueta,

cuando te acercas despacio por la exultante

pradera, verde, rosa y plateada

del valle del corazón.

 

Qué de sauces en tus manos

acariciando mi piel.

Qué torbellinos de fuego

se agitan en tu interior.

Qué de carne temblorosa y palpitante

en un abrazo de amor.                

 

 

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