martes, 31 de enero de 2023

EN EL NOMBRE DE LA PAZ



Convoquemos a la paz

para que por ella brille la verdad,

el amor y la esperanza

y la solidaridad en el mundo.

 

Convoquemos a la paz y a la justicia

 para que los pobres tengan pan

y los parados trabajo,

y los ancianos cariño,

y los niños un regazo y una escuela

y unos padres y todo el amor

que podamos depararle.

 

Convoquemos a la paz para

desdibujar  la violencia, para que no

existan las guerras, ni las disputas,

para que el ser humano no sufra marginación,

ni abusos, ni desprecios, ni atropellos.

Erradiquemos el dolor de este planeta.

 

Convoquemos a la paz y a la tolerancia.

Ayudemos al hermano,  al amigo y al vecino.

Seamos solidarios y comprensivos

con el inmigrante, con el que no tiene nada,

sólo sus manos, vacías,  porque carece de todo.

 

Convoquemos a la paz y a la armonía

para que el entendimiento entre

 todas las culturas, entre las etnias

y entre los pueblos  sea una realidad.

Para mejorar el mundo y no ser noche

 ni tristeza, ni desolación de la pena.

 

Erradiquemos de esta tierra la injusticia,

la crueldad y la discriminación,

el desamor y la ira, la soberbia,

la prepotencia y el miedo.

 

En el nombre de la paz, convoco a la comprensión

y a la equidad   a todos los seres humanos,

a  los pueblos, a los países y a sus gentes.

Brindemos nuestra ayuda a aquel que lo necesite.

Aprendamos a vivir todos juntos, como hermanos.

 

La vida es una lucha cotidiana

que,  a veces,  pesa y agobia

y hunde en el desaliento.

Será más llevadera, más liviana, más amable

si alguien nos ayuda, nos sonríe y nos alienta,

si alguien nos enseña que el sol, cada mañana,

puede volver a brillar,  como luminosa hoguera,

en el límpido  cristal de nuestras  pupilas.









 

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