viernes, 10 de marzo de 2023

RECORDANDO EL DÍA DE LA MUJER. LLORANDO LUNAS

 


Estaba la mujer llorando lunas,

sentada en el diván de los silencios,

marcada por la huella del quebranto.

El alma secuestrada hacia la noche.

Las manos, encalladas en la esfera

de su vientre, curvadas al dolor

de todos los naufragios de su pecho.

Las luces de sus ojos, apagadas.

La línea de sus labios, encendida,

bañada en desalientos y en tristezas.

La llama de su cuerpo, tiritando,

igual que una libélula en invierno,

igual que una gacela moribunda.

 

Y el hombre, con su voz lanzada al viento.

Sus brazos, como espadas, agitando

aires de tiranía, la marea

que gesta un temporal en la alameda.

Sus manos, como garfios, devastando

las flores de esta tierra, los trigales

que crecen a la orilla de los besos,

que fueron a morir en el olvido.

Los nichos, aguardando los espasmos

del horror, mausoleos entreabiertos

a la ironía del destino cóncavo

de aquellas margaritas cuyos pétalos

 

el viento devastó en la polvareda

de todos los amores imposibles.

 

Brilla el sol en el sol, la ventolera

que abanica la sed de los caminos.

La boca del terror, bisbiseando.

Tiernos versos de amor en nuestra alforja.

Tristes muecas de sombra en nuestros labios.

 

Estaba la mujer llorando lunas.

Su alma, entumecida por el llanto.

Sus lágrimas, un río de agua clara

que van a desaguar en la bahía

de todas las palomas maltratadas.

POEMA PREMIADO EN MIJAS


 


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