martes, 4 de abril de 2023

EL SEÑOR DE LA COLUMNA

 

 


Flores blancas y hojas verdes

lleva el Cristo de la Columna entre sus pies,

pasos cortos, despaciosos por las calles de mi pueblo.

Su espalda, una dimensión de heridas sangrantes,

a modo de torrenteras, que dan fe de su dolor.

Sus hombros, dulces aristas, desgarradas,

que se preparan para cargar con la Cruz.

 

Lo llevan los costaleros, cargado sobre sus cuerpos

Jóvenes que viven sacrificio y devoción, al mismo tiempo

Silencio, soledad y amor suscita Cristo en los corazones 

mansedumbre de saetas en poemas y añoranzas.

 

Brillan las olas del aire en la tarde de pasión.

Señor, ¿quién flageló tu cuerpo?

¿Quién te hizo esas heridas sangrantes,

por las que, además de sangre y agua,

surge amor y sufrimiento a borbotones?

 

¿Quién te llevó ante Pilatos?

¿Quién te condenó al cadalso?

Los pecados de los hombres y mujeres de este mundo.

La presunción, la pereza, el orgullo, el desamor,

la envidia y el egoísmo, la soberbia, el abandono.  

 

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