martes, 4 de agosto de 2020

A LA VIRGEN DE LAS NIEVES, EL AÑO DE LA PANDEMIA


 Duerme el viento, atrapado en los pinos de la Serrezuela.

Ha cesado su  monótona canción de desvarío

para escuchar las campanas de la torre parroquial

que repican anunciando una fiesta mariana.


Es el día de la Virgen de las Nieves, nuestra patrona querida

y nuestra Madre del alma que, este año, no podrá pasear

por las calles bulliciosas de nuestro Pegalajar

para dar su bendición y colmarnos de alegría,

para curar las heridas que nos causó la tristeza

por la pérdida y la lejanía de nuestros seres queridos.

 

Por culpa de esta maldita pandemia,de la covid-19,

para evitar los contagios en las aglomeraciones,

no podrá dejar su casa para recorrer el pueblo,

para mirar a sus hijos, con esos ojos tan bellos

en su rostro virginal, con ese calor de Madre,

para darnos su consuelo, para mostrar a su Hijo

 

En su ermita, como una hermosa paloma,

nos espera cada tarde.

La Virgen Blanca, como la luz y la nieve,

te deparará unas felices jornadas

sin verbenas, pero con sana alegría,

te pedirá que respetes al hermano y le ayudes

a caminar por la vida con proyectos solidarios.

No le cierres tus entrañas a la Virgen de la Nieves.

Abre tus brazos al mundo y aunque no tengamos feria,

goce nuestro corazón del amor a los demás,

del respeto a la naturaleza y al entorno,

de la vida, del paisaje y de tantas cosas bellas

que nos ofrece este mundo. Demos gracias a la Madre

y al Señor por tener salud y vida.

 

En CasaRosada 4 de agosto de 2020.

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