¡Hola, Encarna! Hace un par de días que he terminado de leer tus Relatos... Me han gustado muchísimo y te juro que no es por regalarte el oído... Me han impresionado tu riqueza de vocabulario, tu técnica para mantener el interés del lector, el uso que haces de la metáfora y del símil: Una fontana de pétalos escarlata brotó de mis entrañas y se derramó entre mis piernas sin atisbo de pudor. Mis pechos como dos incipientes colinas de los templos del deseo, comenzaron a apuntar y a elevarse...
De verdad que siento una
sana envidia, porque a pesar de haber dedicado mi vida como Maestro a enseñar
Lengua y Literatura a mis alumnos, Dios no me ha concedido la gracia y la
inspiración para escribir, como te la ha concedido a ti... Hace tiempo que leí
algo tuyo... Eran cuentos de la Tradición Oral de Pegalajar, que utilicé en mis
clases de Lengua...