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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

LA FURIA DEL VIENTO


                                                                     PORTADA


                                                        

                                                            CONTRAPORTADA




                                                        LA FURIA DEL VIENTO

Esta es mi segunda novela. Es un libro de 430 páginas. Su temática es amplia y variada. Ha sido publicado por el Grupo Editorial Sial Pigmalión de Madrid. Se acabó de imprimir el día 23 de abril de 2022, efemérides de la muerte de dos grandes escritores: el español Miguel de Cervantes y el inglés William  Shakespeare y Día Mundial del Libro en honor a estos dos magníficos escritores.


                                                                PRÓLOGO

La furia del viento sorprende a la vez que atrapa al lector a medida que este avanza en el recorrido de sus páginas. Sorprende por la alternancia espacio-temporal con la que juega su autora y atrapa por el contenido de su acción que participa de las características de distintos géneros narrativos, desde el relato de vida hasta el costumbrista o el de misterio, pasando por la ficción autobiográfica.

Articulada en torno a dos universos distantes, tanto en el espacio como en el tiempo, la novela narra, en primera persona, los acontecimientos de la vida de Elvira, periodista afincada en París, aunque oriunda de la comarca jiennense de Sierra Mágina. Serán precisamente París y Pegalajar, localidad natal tanto de la protagonista como de su autora, los dos centros de gravedad de la historia. A través de ambos lugares, Encarna Gómez Valenzuela, describe el presente y el pasado de su personaje, lo que le permite, al mismo tiempo, realizar un interesante estudio de la sociedad rural de dicha comarca en la segunda mitad de los años cincuenta y en la década de los sesenta del siglo pasado.

Sabiamente construida, la novela busca, y consigue, mantener la atención del lector con sus continuos saltos temporales entre el presente de Elvira y los hechos de su infancia en Pegalajar, que constituyen el eje esencial de la narración. Estas sucesivas vueltas atrás, guiadas por el mecanismo del recuerdo, resultan de una gran funcionalidad, ya que permiten ahondar en los rasgos psicológicos de la protagonista, a la vez que ponen en escena una galería de personajes a través de los cuales el lector puede muy bien imaginar el ambiente descrito, con sus diferentes clases sociales y las distintas personalidades de sus representantes.

La vida familiar y la escuela son sin duda los dos ámbitos más minuciosamente trabajados en los que, con toda seguridad, la autora ha ido hilvanando de forma imperceptible retazos de sus propios recuerdos. Llama la atención, en efecto,  el detalle con el que son tratados muchos de los elementos que configuran el universo infantil, desde los juegos, el estudio, los vínculos familiares o de amistad, hasta las relaciones con los adultos o el paso a la pubertad con los cambios y los descubrimientos que le son inherentes.

Recluida en su ático parisino, Elvira evoca y trae hasta su presente a cada uno de los personajes de su vida anterior y conforma con ellos un fresco en el que tienen cabida todas las clases sociales, desde “el señorito”  hasta los habitantes de las cuevas.   Pero el ático de Elvira no es tan solo el lugar en el que esta se entrega a la añoranza del pasado. Muy al contrario, cuenta también con su propio peso específico. De hecho, la autora tiene cuidado de anclar firmemente en la realidad de la época los acontecimientos de tipo personal. Encarna Gómez Valenzuela juega, además, con la atención del lector, acrecentando su intriga al interrumpir la narración de los hechos del presente para intercalar los de un ayer lejano.

Toda la novela está concebida como una sucesión de retornos a un tiempo pretérito. En realidad, toda ella constituye una gran evocación del pasado, por lo que la autora utiliza continuamente el procedimiento de la analepsis, que da sentido a la actualidad del personaje principal. Pero junto a este recurso que le permite recrear un mundo desaparecido, que solo puede pervivir a través del recuerdo, utiliza su contrario, la prolepsis, por el que anticipa a través de pequeñas ráfagas los sucesos por acontecer, creando así un suspense con el que juega desde el principio del relato.

En efecto, ya desde las primeras líneas, Encarna Gómez Valenzuela se complace en despertar  la curiosidad del lector al tomar como punto de partida de la narración dos hechos que determinarán buena parte de los acontecimientos posteriores: la muerte de Gervasio, cuya identidad no conocerá el lector hasta bien avanzada su lectura, y la de las tías de la protagonista, personajes sombríos, encarnación del lado oscuro de la existencia, unidas sin embargo por lazos de sangre a Elvira, ser de luz que desgrana los acontecimientos de su vida en el transcurso de la novela.

Por último, me gustaría insistir sobre un hecho que me parece fundamental en la composición de La furia del viento, el estudio psicológico de ese fresco social de los años cincuenta y sesenta del siglo XX que la autora presenta al lector. Alrededor de Elvira, protagonista absoluta de la narración, que se concilia consigo misma a través de su confesión,  pulula un gran número de personajes con los que la autora realiza un estudio de caracteres que implica una reflexión sobre la condición humana, con sus miserias y sus grandes actos. Lo mismo ocurre con el otro díptico del relato, ya que el espacio parisino, construido esencialmente en torno a las relaciones amorosas y laborales, es transitado por distintos tipos psicológicos cuyos rasgos presentan un variado abanico de actitudes ante la vida. Desde Marcos, el esposo amado, hasta los amigos, los compañeros de trabajo, los vecinos o las jóvenes que trabajan en la limpieza, cada uno de estos personajes ostenta sus propias peculiaridades y actúa en  función de las mismas.

Reflexión sobre el ser humano, en suma, con sus grandezas y sus bajezas, es lo que Encarna Gómez Valenzuela ofrece al lector que se adentra en las páginas de La furia del viento. Buena lectura.

Adelaida Porras-Medrano   Enero 2022


                         SINOPSIS DE LA NOVELA LA FURIA DEL VIENTO

La furia del viento es la historia de una joven que empieza una vida con su pareja en París. Ambos son periodistas y trabajan para una agencia española. La muchacha pretende integrarse en aquel lugar. Lo consigue a medias mientras él está vivo. Cuando este fallece, su vida hace aguas por doquier. A partir de entonces, lo deja todo y se encierra en sí misma como un recurso de defensa o de autodestrucción personal. Después, la protagonista vive sucesos terribles: robos, envenenamientos y asesinatos. En su aislamiento, evoca hechos del pasado y advierte que esos recuerdos, poco a poco, la van rescatando del infierno en el que ha caído al verse separada de su amado y sola en una ciudad extraña.

Rememora a su familia y a las amigas de la infancia, las cuales, como la protagonista, se vieron obligadas a separarse y a dejar el pueblo para iniciar una nueva vida en otro lugar. Recuerda la escuela de su niñez y cuenta los episodios que vivió en una época difícil de miserias, carencias, venganzas crueles y violaciones, en todos los sentidos. Se trata el derecho de pernada, las enfermedades mentales, la atención a los niños hiperactivos y deficientes, la homosexualidad, los pervertidos sexuales, el incesto, las agresiones violentas, los abusos, el secuestro y las muertes terribles, que cambian la vida de los personajes. Es el tiempo de la posguerra española y el tardío franquismo.

En la novela hay dos historias paralelas, una la que la protagonista vive en París y otra la que sucedió en el pasado. Ambas van fluyendo a lo largo de toda la narración y al final convergen en el presente. Entonces se desvelan todos los secretos y misterios que les ocultó la vida en el pueblo en aquel lejano y confuso período.

  La furia del viento es una acronía o silepsis, porque tiene dos líneas temporales, que se entrelazan, obligando al lector a avanzar de modo simultaneo por dos historias, que finalmente se complementan.    Encarna Gómez Valenzuela

 

 


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