La juventud de
Pegalajar, ansiosa de diversión y relax, el 4 de agosto, víspera del día de la
Patrona y hasta la llegada del ocaso, bailó los ritmos modernos al refrescante tono del cañón de la espuma en la terraza del
Mónaco. Y luego por la noche, los bailones se refrescaron por dentro con los
cubatas y chupitos al ritmo marchoso de la
música de actualidad.
Lo peor lo vivieron los que querían dormir y tuvieron que hacerlo a altas horas de la noche y con las ventanas cerradas a cal y canto. Las fiestas son así. Pasadlo bien todos sin molestar demasiado a los demás.
Lo peor lo vivieron los que querían dormir y tuvieron que hacerlo a altas horas de la noche y con las ventanas cerradas a cal y canto. Las fiestas son así. Pasadlo bien todos sin molestar demasiado a los demás.
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