Paz, la mejor
bandera es un precioso libro de poemas lleno de
belleza, emoción, sentimientos, recuerdos, maravillosas descripciones y vida.
Este poemario nos deja una profunda huella, porque en él se respiran unas
ansias ingentes de paz. Su guarida de poesía y de calma y paz la comparte con
los más íntimos. Sus poemas son como una lluvia de estrellas que cae en un
campo de batalla para poner fin a la guerra y para instaurar la paz.
La autora nos dice que no
solo hay guerra en el frente, sino que también la hay en nuestras vidas cuando
pretendemos destruir lo que no nos gusta, ejecutar todo lo que odiamos. La paz
ha de basarse en el respeto mutuo hacia todas y cada una de las personas, las
próximas y las lejanas. Según ella el mundo estalla y sigue su curso. La autora
desea la paz a toda costa y dice que es un lujo que debemos procurarnos, porque
en la guerra no existe la esperanza. Las guerras solo generan miedo, pánico
atroz, desesperación, desconfianza en el futuro… Son un boquete sangrante
abierto en el corazón humano por las bombas de la angustia.
Gloria en sus poemas nos
cuenta que ha viajado mucho con una finalidad bien definida: destrozar
diferencias, limar aristas, prestar sonrisas y tender sus manos. Observamos con
admiración que todos los gestos y propósitos en sus viajes son de paz, de
solidaridad, de armonía… Son señales respetuosas para sentirse unida a los
habitantes de los países visitados por ella.
A la autora le gusta
buscar la paz en las pequeñas cosas y huir siempre de las filas mercenarias.
Nos dice que la paz de las pequeñas cosas la enamoró hace siglos, que la paz es
una utopía que, a veces, nos roza con las yemas de los dedos. Hermosas frases
que nos llenan el corazón de serenidad.
La poeta llora por
Ucrania. Las guerras son para ella una vuelta de tuerca a nuestra capacidad de
resistencia. Sin la paz, la autora está habitada por el desconcierto. Ella
abomina de la guerra y reniega de las torturas y desea que haya paz en la casa
que habitamos. También quiere libertad, por esta, dice haber superado muchas
pesadillas. Desea ser multilingüe para entender todas las lenguas y poder
escuchar a todas las personas que sufren y tener el corazón abierto a los
demás. El poema, Nueve razones para el examen de mi vida es
maravilloso, me ha llegado a lo profundo del corazón. Con esas nueve cualidades
humanas, seriamos todos personas de bien. Otros poemas tan humanos como
entrañables son: Para Colombia, Para mis hermanos judíos y palestinos. En este
poema nos dice Gloria que la eterna guerra regresa reforzada y es un coro de
miserias perversas donde no cabe el acuerdo.
En otro poema precioso
nos cuenta que el olivo lleva muchísimos años enseñándonos el camino de la paz.
En el último poema, Yo nunca estuve allí, la autora nos habla de la
guerra civil española porque, como dice, llegamos cuando el país estaba
cerrando grietas, lamiendo heridas y sanando cicatrices. Desgraciadamente,
nuestros padres sí estuvieron allí, la vivieron en su juventud o en su infancia.