Las primeras lluvias de otoño llegan y refrescan el lirio de nuestra faz.
Las lágrimas del cristal se deslizan silenciosas por los valles de la piel.
Aquí cuelgo este poema, dedicado a la fresca lluvia de otoño que fertilizará nuestras tierras y abrirá nuestros corazones a la cálida dulzura que nos acerca este tiempo de recuerdos y añoranzas.
Te vas a especializar en fotografías. Muy bonitas y los versos más.
ResponderEliminarLa fotografía, lo mismo que la poesía es emocionante, aunque en otro orden distinto de cosas, pero también me apasiona. Seguiré haciendo fotos y escribiendo poesía. Gracias.
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