El sacerdote que ha oficiado la ceremonia
religiosa, en la iglesia del Salvador, es un hombre fuera de serie y un
sacerdote fenomenal. Ha derrochado un caudal de amabilidad, humor y simpatía
mientras celebraba. La homilía ha versado sobre el amor, como algo maravilloso,
como el enamoramiento entre un hombre y una mujer, que a partir de ese día han
de compartirlo todo y no tener secretos para el otro. Como dato anecdótico ha
dicho que si el marido da la razón a su mujer, habrá paz y gloria en el
matrimonio.
El templo ostenta el
estilo Barroco. Me he emocionado contemplándolo y recreándome en la decoración
de los altares con gran profusión ornamental y con sus columnas retorcidas.
También posee algunos altares de estilo neoclásico, pocos, pero igualmente
bellos. La iglesia es una joya del Barroco.
En la calle también hemos visto un edificio de estilo Barroco y las
ruinas de un templo romano, cuyas columnas, de bellísimos capiteles corintios,
están al descubierto.
El ágape
se ha celebrado en el Real Círculo de la Amistad. En un majestuoso salón,
decorado también con gran profusión ornamental
y mucha ostentosidad: cortinas, espejos, lámparas y molduras singulares.
Parecía que estábamos en un palacio real. Es bueno, de vez en cuando, vivir un
sueño y disfrutar de algo de lo que goza la realeza, los banqueros, la élite y
la clase adinerada, que son los que propician los recortes a los obreros,
pensionistas y funcionarios y viven a costa nuestra. El broche final de este
evento lo ha constituido el regalo a todos los asistentes de unas máscaras que
todos nos hemos puesto para continuar la fiesta
Felicitamos a los recién casados y les
deseamos una larga vida juntos y unidos en amor y santa alianza. También
felicitamos a la familia Joyanes, muy querida por nosotros, por su nobleza y honradez, sobre todo a Manolo y Antoñita,
buenos amigos nuestros. Un recuerdo
cálido también para los amigos de Carchelejo con los que hemos compartido mesa
y/o tertulia y copa de espera.
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