Es un refrán popular,
como hay muchos referidos al mes de abril. También se dice “En abril, aguas mil”,
pero eso este año es solo una ilusión. Después de un invierno muy seco, la
primavera también está viniendo seca, apenas ha llovido. No sabemos si la
actividad humana tendrá algo que ver en
esta escasez de lluvias.
Desgraciadamente lo pagaremos todos, porque las cosechas serán escasas.
Si fueran abundantes, o solo medias, podrían mitigar los efectos adversos de la crisis, se
contrataría mano de obra y habría para todos. Pero si no hay, los primeras que
sufrirán serán, los de siempre, los pobres. Quieran Dios y los poderosos
que la crisis no sea demasiado duradera.
Volvemos a los refranes
y a su enraizamiento en el pueblo y a la transmisión generacional. Los refranes
pertenecen a la tradición oral. Se transmiten mediante la palabra hablada,
aunque ya algunos están escritos.
Bueno lo que os quería
decir es que ya hemos podido coger unas pocas habas. Pero este viento tan
desagradable que hace, está revolcando las matas y les está quitando la flor.
Qué le vamos a hacer. Las cosechas dependen en gran medida de las inclemencias
o bondades de la meteorología.
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