Ha cesado su monótona canción de desvarío
para escuchar las campanas
de la torre parroquial
que repican anunciando una
fiesta mariana.
Es el día de la Virgen de
las Nieves, nuestra patrona querida
y nuestra Madre del alma que,
este año, no podrá pasear
por las calles bulliciosas
de nuestro Pegalajar
para dar su bendición y
colmarnos de alegría,
para curar las heridas que
nos causó la tristeza
por la pérdida y la lejanía
de nuestros seres queridos.
Por culpa de esta maldita
pandemia,de la covid-19,
para evitar los contagios en
las aglomeraciones,
no podrá dejar su casa para
recorrer el pueblo,
para mirar a sus hijos, con
esos ojos tan bellos
en su rostro virginal, con
ese calor de Madre,
para darnos su consuelo,
para mostrar a su Hijo
En su ermita, como una
hermosa paloma,
nos espera cada tarde.
La Virgen Blanca, como la
luz y la nieve,
te deparará unas felices
jornadas
sin verbenas, pero con sana
alegría,
te pedirá que respetes al
hermano y le ayudes
a caminar por la vida con
proyectos solidarios.
No le cierres tus entrañas a
la Virgen de la Nieves.
Abre tus brazos al mundo y
aunque no tengamos feria,
goce nuestro corazón del
amor a los demás,
del respeto a la naturaleza
y al entorno,
de la vida, del paisaje y de
tantas cosas bellas
que nos ofrece este mundo.
Demos gracias a la Madre
y al Señor por tener salud y
vida.
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