Mi blog ha superado con creces las 154.000 visitas. Gracias amigos y amigas por entrar en mi casa virtual para ver las noticias culturales, literarias y sociales que cuelgo, que intento sean del agrado del público que me sigue. La primavera nos ha visitado con sus flores y sus alergias y ha estallado en una amplia gama de verdes, de amarillos y de rojos. Todo se ha llenados de luz y de colores, como un grandioso abanico de fuegos artificiales. Para celebrar las entradas a mi blog, cuelgo este poema dedicado a Pegalajar y a San Gregorio.
TIERRA DE
AMORES (A MI PUEBLO)
Tierra de amores y olvidos.
Tierra de
ausencias...
Olivo en flor.
Aguacero.
Piélago
enfervorecido,
de olivares y
montañas.
Pueblas mis
sueños con otros mares
y,
mansamente, me conduces
al
océano de la vida.
Un
día me alejé de ti, como Ulises,
obligada
por aires de la docencia.
Batallé contra
los vientos hostiles,
salidos de la
caja de Eolo, dios del viento,
por la estulticia
de los torpes marineros.
Y en la isla de
Circe, hube de luchar
contra
Polifemo, el cíclope de un solo ojo,
y
abandonar a la ninfa Calisto.
Pero
jamás me dejé embaucar
por
las dulces melodías de las sirenas.
Con
cera de las abejas, taponé mis oídos,
y
cerré mi corazón al amor de otros lugares.
Así
pude regresar a tus queridos paisajes.
Tierra
querida, anhelada tanto tiempo,
recordada
en lo profundo del alma.
Al
llegar a mi Pegalajar querido,
descubrí
con gran dolor de corazón
y
frío llanto en el lagrimal de mis ojos,
que
la Fuente de la Reja, con su
ronco
y sediento suspiro de quejas,
había
dejado de manar, de regalarnos
los
diamantes de sus aguas.
Que
estaba seca y baldía
que
había dejado de escuchar
el
murmullo de las aguas
y
que iba muriendo cada día,
perdida
en el rumor del silencio.
Y
que la Charca había dejado de recibir
la
caricia de las aguas transparentes,
el
suave resurgir de sus burbujas,
y
lastimada en soledad,
desfallecía
en una espantosa noche,
sin
luceros, sin estrellas y sin luna
en
los espasmos del tiempo.
Hoy,
en Pegalajar, mi pueblo,
el
día de San Gregoria Nacianceno,
enredada
en la alegría de la fiesta,
quiero
pedirle al patrón,
que
ruegue a Dios por nosotros,
que
perdone nuestras culpas,
que
no nos niegue el sustento,
ni
las gracias de sus manos,
que
nos envíe las nubes,
llenas
de agua y bondades,
para
que rieguen los campos
y
para que puedan comer
todas
las gentes del hambre,
para
que la Fuente mane con sus
perlas y diamantes y para que nuestra
querida Charca se llene de transparencias.
Regálanos
tu bondad, querido y santo patrón
y
reparte bendiciones entre los pegalajeños.
Poema colgado en el programa de festejos de San Gregoria en 2024. espero que sea de vuestro agrado.
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