Las primeras cerezas que nos regala el cerezo del huerto. Mirad qué lozanas y tersas. No están demasiado encarnadas porque esta variedad tiene ese color sonrosado, entre el rojo y el salmón. Pero están muy ricas y entran por los ojos con solo verlas y por la boca, se van volando.
Hay que tener cuidado para no indigestarse de un atracón.
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