Cuando
llega el mes de agosto y se afianza el verano en sofocos y en calimas,
Pegalajar se viste de luces y de colores, de entusiasmo y de alegría. Llegan
las fiestas de la patrona, nuestra Virgen de las Nieves, cuya onomástica se
celebra el día 5 de agosto, y todos los pegalajeños, los que vivimos aquí y los
que viven fuera, que suelen venir en agosto, celebramos con gran emoción tan
grata festividad.
El añil estival que en estos días luce el cielo seduce las curiosas miradas, de mayores y pequeños, que atraviesan el aire con su chispa candente para asistir, como mandan los cánones, a todos los eventos que nos ofrece la fiesta.
El añil estival que en estos días luce el cielo seduce las curiosas miradas, de mayores y pequeños, que atraviesan el aire con su chispa candente para asistir, como mandan los cánones, a todos los eventos que nos ofrece la fiesta.
Cuchichean las sonrisas infantiles con la luna y con el sol y con los ángeles del cielo, cuando llegan las atracciones, caballitos, voladoras y demás cacharros y los niños y las niñas pueden subirse y deslizarse por las inclinadas vertientes de los castillos hinchables disfrutando del vértigo y la emoción que les brinda tan divertida actividad.
Los
luceros se detienen en la noche de Pegalajar para escuchar los cantes hondos
que nos ofrece el Festival de Cante Flamenco, que se realiza en el recinto de la piscina municipal. Allí,
a la orilla del agua, los cantaores entretejen sus cantes, arropados por ese
majestuoso cielo estrellado y por los aplausos y el calor del público
asistente.
Las
casas de Pegalajar, satinadas con el blanco de la aurora, reciben la luz del
astro rey que en estos días parece brillar con mayor intensidad para vigilan el
devenir de las gentes en estas gratas jornadas de regocijo.
El
viento se balancea en los pinos de la Serrezuela y refresca las noches pegalajeñas
como un grácil abanico para que los paisanos disfruten de la brisa nocturna. La
Peña Gorda desprende ecos de amor y añoranza, como un mágico rayo de luz de luna
que nunca cesa el latido para que los adultos evoquemos los días de nuestra
infancia.
La
charca, debiendo ser un cristal diáfano y transparente que reflejara en sus espejos el color del ancho cielo, es un
desgarro en el alma, un roto en el corazón anhelante de todos los paisanos que
aman esta tierra, porque está sedienta y seca, sin la risa de sus olas, sin los
diamantes del agua, sin la gracia de sus barcas. Rogaremos a nuestra madre del
cielo que nos conceda la gracia de verla llena de agua y repleta de plenitudes
y pediremos a los políticos que exijan que dejen en reposo el acuífero que la
surte y no permitan que nadie saque agua del mismo. Para tal finalidad, deben suministrar el mágico
elemento a todas las personas que se abastecen de este, proporcionándoles agua
de otros manantiales De este modo
subirán los niveles del agua y nuestra Fuente de la Reja podrá seguir manando,
aunque cuando apriete el calor, su derrame sea menos generoso.
Nuestra
virgen, hermosa como una tarde de mayo, nos sonríe desde su ermita y nos invita
a la plegaria y al rezo. Tendrá su hermosa novena y dos misas mayores: el día 5
de agosto, ofrecida por el Excmo. Ayuntamiento de Pegalajar y el día 6,
ofrecida por la Hermandad. Y por las tardes de tan festivas jornadas, nuestra
patrona, engalanada como manda la ocasión, recorrerá las calles de Pegalajar
para repartir bendiciones a todos los devotos que se acerquen para rezarle y
para verla pasar.
La
verbena, los conciertos musicales, los cohetes, los fuegos artificiales, los
cánticos, la novena, las misas y
procesiones, las visitas a la Virgen, los
suspiros y los besos, los abrazos, las lágrimas de los hijos y el corazón
palpitante en amores y alegrías que revelan los hermanos y devotos emocionan a
los pegalajeños. Todo se nos antoja poco para festejar a la Madre.
La
noche del 7 de agosto, como colofón de las Fiestas, se quemará una magnífica
colección de fuegos artificiales, que todos los paisanos veremos con emoción y
nostalgia, porque se acaba la fiesta y el vacío de las almas es tan grande que
nos llena el corazón de añoranza.
IDE@L SIERRA MÁGINA mes de agosto de 2019
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