LA CHARCA EN ESTA TARDE DE AUSENCIAS |
Siempre hay soles
en
tus ojos oceánicos
y
en tu boca hacen su nido
las
palomas mensajeras del amor.
Y
en tus manos, mariposas
de
diamantinos colores
sutiles como un suspiro,
livianas como la luz,
que
abanican los contornos de mi alma
con
delirios de ilusión.
Y
en el panal de tu entraña
hay
chispeantes abejas,
encendidas
en pasiones,
que
ofrecen miel al amor
sobrevolando
los cerezos florecidos
que
has sembrado en mi jardín.
Mas
yo, en esta tarde de ausencias,
no
podré estar a tu lado,
no
podré sentir ese caudal
de
nacarados reflejos
que
apaciguan los anhelos
que
crecen a orillas de la pasión.
No
podré gozar de la luminosa fuente
de
corales y alabastro que brota de tu interior.
No
podré sentir el latido de tu pecho
cerca de mi corazón.
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