El parque infantil de Pegalajar, todas las tardes, cuando decrece el calor, y la brisa fresca nos acaricia el rostro, es una fiesta pueril. Da gusto asomarse al balcón y ver a los niños jugar y a las mamis, sentadas observándolos. La infancia es la alegría del mundo. Lo dice una que ha trabajado durante muchos años con esos pequeños personajes, que son todo curiosidad y corazón. Nosotros ahora estamos disfrutando mucho con la presencia de nuestras nietas, aunque, de vez en cuando, haya algún lloriqueo. Os muestro fotos de esta agradable situación.
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