Virgo Fidelis es una extensa novela de María Socorro Mármol Brís, en la que destaca la fidelidad de las mujeres hacia sus verdaderos amores y la de la servidumbre hacia sus amas, así como la fuerza del destino que une a los amantes solo en cortos periodos de tiempo para condenarlos después a la separación, y obligarlos a vivir junto a quienes no aman.
Sobresalen
los estudios y las investigaciones realizadas, por la autora, acerca de países
como Italia, Colombia y España, relativas a la historia, la geografía, el
lenguaje y, sobre todo, de los hechos sucedidos durante el tiempo narrativo. Dentro
de nuestro país, destacan sus exploraciones sobre la comarca de Sierra Mágina, tierra
que la vio nacer y crecer. La autora ha tenido que informarse de todo lo
relativo a la agricultura que se practicaba en el siglo XIX y de lo
concerniente a la flora: plantas, árboles y arbustos que crecen en este lugar.
Domina el vocabulario relativo a las labores de labranza de los olivares, de las
huertas y de las herramientas usadas para las mismas.
La
novela bebe en las fuentes del romance de los Peregrinitos que conocían nuestras
abuelas, escrito por Federico García Lorca, que el cantante Rafael cantó con
tanto acierto. El texto tiene varios narradores; con cada cual, la autora usa
un lenguaje diferente, acorde con su nivel cultural y su lugar de origen, y
cada cual ofrece un tipo de información, cuyo contenido confluye en el clímax,
para desvelar todos los secretos. Entre los narradores que aparecen en la
novela, destaca «La Bien Plantá», una oliva centenaria, plantada y cuidada por
la firme voluntad de la primera mujer protagonista, origen de todas ellas.
Virgo
Fidelis es una historia sorprendente, en la que
se entrelaza el pasado y el presente de una forma magistral. Los lugares
geográficos de la misma, de Sierra Mágina, Roma y Bogotá, están bellamente
retratados y expuestos para que los lectores se enamoren de ellos. Cuatro
generaciones de mujeres compartiendo los errores de la primera, y padeciendo
por causa de la misma, a quienes les sucede un varón, que vive desorientado y
absorto en un fracaso que le ha sido impuesto por el turbio pasado de su
ascendencia. Se trata del tataranieto de esa primera mujer, que ignora la
historia de todas ellas y sufre por la interpretación errónea de los hechos,
hasta que por fin conoce todas las verdades por boca de Isabel, la fiel
sirvienta.
Un
encuentro insólito en la Ciudad Eterna, que desencadena la impresionante trama,
en la que se involucran varios personajes de distintos linajes y etnias,
llevada hasta el final con toda su carga de amores apasionantes, casuales e
imposibles, a cuyas raíces se agarran las damas como a una tabla de salvación
para eludir su calidad de náufragos, nadando a la deriva. Este encuentro
marcará el destino de todos los personajes.
Dos
mansiones iguales, construidas con los mismos planos, a uno y otro lado del
Atlántico: Triana y Las Téjolas, esta última parece tener vida propia e influir
en la existencia de las personas que habitan en ella. La galería de los
retratos, situada en la misma, donde se ocultan todos los secretos, guardados
durante mucho tiempo. En los rostros enigmáticos y acartonados de cada uno de
los personajes, se ocultan historias que deben ser desveladas para redimir a
los protagonistas del peso de los hechos del pasado.
El
amor y el sexo, por un lado, están tratados de una forma exquisita, y por otro,
de una forma brutal, machista y salvaje, según las exigencias del texto y de
los personajes que lo practican. Destaca la exuberante imaginación de la
autora, su conocimiento del vocabulario y la riqueza del mismo.
La
naturaleza también juega un papel importante en la novela. Las fuerzas
telúricas se confabulan para transmitir sentimientos, impresiones, impulsos y
contar hechos felices o desgraciados e historias fabulosas a través de las
raíces de los árboles, o a través de la corriente del agua.
Virgo
Fidelis es una novela inolvidable, con una temática
sorprendente, cuya lectura recomiendo a los lectores que amen la lectura y las
novelas extensas e interesantes.
¡Enhorabuena, Soco, por
esta magnífica novela!
Reseña que me ha emocionado como no podía ser menos. Gracias, Encarna. Gracias, Juan
ResponderEliminarGracias a ti, Soco, por tu buena disposición hacia Juan y hacia mí y por lo que me has enseñado. También te doy las gracias por estar siempre dispuesta a arrimar el hombro.
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