Ese beso tan sutil, tan esponjoso
tan gentil, tan entrañable,
tan sincero y tan etéreo,
que me robaste un día,
aún lo llevo adherido
al contorno de mis labios.
Aún me caldea la boca,
el pecho, el vientre y los ojos.
Deambulando va a su antojo
por los jardines del alma,
por las laderas del pecho,
por los parajes del corazón.
Aún me quema las entrañas,
me sube por la garganta
y me acaricia la lengua,
los dientes y las encías,
el paladar y la boca.
Aún enciende sus hogueras
en el caudal de mi sangre.
Ese beso, hurtado al aire
de los amores
y al tapiz de la emoción,
me sabe a miel y a naranja,
a las corrientes del Sur
y a paloma mensajera,
sobrevolando contigo
los cielos de la ilusión.
En entrevista con 10AM de Caracol Radio, José Manuel González, psicólogo y terapeuta, habló sobre la importancia del beso y su efecto en el placer de las parejas, debido a que funcionan como una forma de estimulación de la boca y de los sentidos.
El sexólogo confirmó que una de las mayores problemáticas que presentan las parejas tiene que ver con que las mujeres se quejan porque los maridos no las besan, sin saber que los besos funcionan sirven para renacer la pasión e incrementar las sensaciones que con el tiempo se van perdiendo.
Por lo cuál, explicó que existen 4 tipos de besos: el beso verde, que es el pico que funciona al juntar los dos labios por un instante; beso naranja, que es donde una de las personas trata de atrapar el labio inferior de la otra; beso amarillo, donde ambas tratan de atrapar con sus labios los de su pareja y el beso francés, en donde la lengua forma parte del contacto de las dos.
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Para el terapeuta es importante que las parejas acudan al entrenamiento en besología, para entender la función de los besos y su relación con el placer.
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