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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

viernes, 2 de agosto de 2024

A MI PUEBLO, A LA VIRGEN DE LAS NIEVES Y A LA CHARCA

 


El poema de mi autoría colgado en el programa de festejos de 2024.


Pegalajar escucha mi llanto y oculta,

entre la sal de mis lágrimas, la maraña

de suspiros que brotan de mi garganta,

por esa Charca, vacía de agua y de rayos de luz de luna,

la noche en que, etérea brilla, en lo alto de esos cielos.

 

Dulces ecos de campana anuncian el día

cinco de agosto en cuanto alborea el tiempo,

donde perdura el crespón de los corales matutinos,

la seda de los abanicos que dan frescor a la tarde.

 

Pegalajar embarca ilusiones

que caminan entre las olas del verso,

para navegar en clandestinos veleros

hacia las remotas playas en donde habitan sus gentes.

 

Sangre mi boca sedienta

por el bordón de esa Charca de poesía

si no acuno las caricias que los cielos dibujaron

en las aguas subterráneas del deseo.


Sean mis manos acuarela, hilo fino

para bordar esperanzas en el corazón herido,

para zurcir la costura del dolor, para curar las heridas,

de esos paisanos perdidos en los mares del olvido,

de esos que tuvieron que marcharse, que emigrar,

pero nunca jamás olvidaron el pueblo,

donde vieron la primera luz del día.

Vaya para todos ellos un gran abrazo filial

y una invitación sincera, rogándoles regresar al pueblo

de sus amores, a pesar de los vientos contrapuestos del destino.

 

Deja querido Pegalajar que las calurosas tardes de agosto

veneren a esa Madre soberana, a la Virgen de las Nieves

y llenen su trono de rosas, su pechera, de ilusiones,

sus dedos, de buganvillas, sus manos, de corazones,

sus caderas, de alhelíes y de gardenias.

Deja que los pegalajeños, aquellos

que aman a su pueblo, llenen la Charca de agua;

de risas, los rincones de la Fuente de la Reja,

para soñar palomas mensajeras que sobrevuelen

ese mar pegalajeño tan chiquito y entrañable.


Como lágrimas azules de templanza

en lo profundo del alma, se llenará nuestra Charca

si jamás olvidamos sus orígenes, ni tampoco a

a aquellos campesinos laboriosos y sencillos,

que tanto lucharon por ella y que escucharon el grito

que sus muros escribieron con sangre y médula puras:

A quienes tanta vida di, les reclamo,

 en justicia, que no me dejen morir”.

 

Cuando la Fuente esté rebosante de dulzura,

cada silencio, de las gentes de mi pueblo,

será una ola de calma en mi corazón de agua,

cada palabra dicha y oída, una luz a la esperanza,

para que la Charca se llene con perlas y con diamantes

y con gotas de rocío, y nunca jamás se vacíe.

 

Encarna Gómez Valenzuela 

http://trabajosdeencarna.blogspot.com

 

 

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