El poema de mi autoría, puesto en el programa de festejos y dedicado a San Gregorio Nacianceno, patrón de Pegalajar, a la Fuente, a la
Charca y al problema de la ausencia de agua en nuestro pueblo. Mayo 2025.
La dulce línea de la Serrezuela,
recortando el cielo azul al filo de las tijeras
—potestad de clavicordios en el aire
que enamora nuestras almas— nos ayuda
a dar comienzo a estos días de bullicios y verbenas
en honor de nuestro santo patrón, San Gregorio Nacianceno.
Celebrando esta fiesta tan ancestral y entrañable,
entonamos mil plegarias y damos gracias al Señor,
por los dones recibidos en nombre de nuestro santo,
en este rincón del mundo: Pegalajar de mi alma.
Celebramos la Eucaristía en la parroquia,
misa solemne en su honor.
Acabado este hermoso ritual, sacamos la procesión
que recorre nuestro pueblo, con sus calles
engalanadas de fiesta, con sus plazas y jardines.
Cuando pasa San Gregorio por la Fuente de la Reja,
le rogamos al patrón con sinceridad y amor,
con la fe que emerge de nuestro pecho,
y se derrama en la boca y en los labios,
que vuelva a manar el agua que nos alegró la vida
y fue aliciente en la infancia verla brotar jubilosa,
en el fondo de la fuente para saciar nuestra sed,
que se nos llene la Charca de cristales
y de sueños, de diamantes y de perlas
y que nos mande las nubes, preñadas y generosas,
para que caiga la lluvia sin violencia ni desmadres.
Así veremos de nuevo la delicia de las aguas
ondear en el estanque, ser espejo de la luna
y jugar con los luceros, correr por nuestras acequias
para regar nuestros campos, las huertas, los olivares
dando vida a los eriales y a los corazones mustios,
sin esperanza en la vida y sin fe en ya los misterios
del cielo y de todo el universo.
http://trabajosdeencarna.blogspot.com
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