Aquí están los siete
primos hermanos, todos ellos nietos de los
abuelos Pedro y Catalina, quienes constituyen el vínculo de unión y que dejaron
de estar con nosotros a principios de este siglo. Si ahora los abuelos pudieran
ver a sus nietos, ya que son todos adultos y la mayoría casados y con hijos,
gozarían de lo lindo.
Cada uno de los primos se ha ido abriendo paso en la
vida, en estos años de crisis, como buenamente ha podido. Todos han acabado sus
estudios y ahora están haciendo camino, cada cual en el ámbito elegido o en el
que les ha marcado su destino y con las limitaciones de estos tiempos de
recortes y austeridad. Nuestros mejores deseos para ellos y para sus hijos.
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