El otoño con sus tonos
dorados, rojizos y amarillentos, con sus neblinas tildadas de sangre, con su
cielo raso y azulado, su sol escurridizo y sus noches frescas y largas se ha
afianzado entre nosotros. No quiere traernos agua, que es lo que más
necesitamos. Quizá, cuando transcurra el tiempo, pueda acercarnos la lluvia, que
tanto deseamos todos.
Os muestro algunas imágenes de este otoño encarnado.
Espero que os gusten.
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