Mírame despacio,
pueblo mío,
acúname a diario en
tu regazo,
déjame delimitar tus
horizontes
al ritmo emocional de
la docencia.
Serás luz
deslumbrante en mis pupilas.
Serás como una
estrella que renace
en ese cielo azul de
mis anhelos.
Tus dedos de aceituna
reverdecen
en un rayo de sol que
anuncia el alba.
El frío se desgaja
entre mis manos
lo mismo que un
racimo de nostalgia.
La fiesta en honor del
Patrón de Pegalajar,
San Gregorio Nacianceno,
este
año no podrá celebrarse en nuestro pueblo,
con procesión y con misa, con música y con cohetes,
con guirnaldas y
verbenas, con festejos y esperanzas,
con fuegos
artificiales en el recinto del parque,
en este mes de mayo,
de rosas y de ilusiones,
por causa de ese
maldito virus
que nos ha encerrado
en casa y no nos deja celebrar
fiestas,
verbenas ni encuentros.
San Gregorio bendito,
líbranos de la pandemia,
igual que un día, muy lejano ya en el tiempo,
nos libraste de la
plaga de langosta.
A pesar de todo, hay
alegría en la Fuente de la Reja,
el agua sonriente se
derrama en nuestros dedos
entonando esa dulce canción
que mana de sus entrañas
para llenar de luz y
de plenitudes nuestra Charca
y el corazón de todos
los pegalajareños.
Esa lluvia cadenciosa
y abundante
que abril nos ha
traído entre sus manos
hará fructificar los
campos y nos proporcionará un alivio
en este tiempo
difícil, de crisis, de virus y de añoranza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario