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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

viernes, 12 de agosto de 2022

CAMPILLO DE ARENAS NACE CADA DÍA. POEMA DE MI AUTORÍA PUBLICADO EN EL PROGAMA DE FESTEJOS DE CAMPILLO DE ARENAS. 2022

 


Campillo de Arenas nace cada día

de los soles que alimentan la ternura

y sueña ser acordeón en sus altivos picachos,

que anhelan desteñir la melancolía.

A veces, Campillo es una guirnalda de rosas,

una cítara colgante de las pestañas del cielo

a través de su Cerro del Castillo.

Acelera el pulso de los campesinos

en los fértiles campos que desdibujan las penas.

Repliega sus tempestades en los huertos

que alimentan la esperanza.

Más nunca se apaga su sed de dulzura,

su calendario de amor en las agendas celestes

para plasmar en sus gentes brillos de hospitalidad.

 Cobija sus pájaros silenciosos

en los nidos que forjaron las estrellas.

Desparrama su alegría como una blanca paloma

que nunca detiene el vuelo en las floridas praderas

que navegaron sus ojos.

Piel de luz. Doliente sed de docencia.

Eso eres tú para mí, Campillo del alma.


Amarga soledad de mis desvaríos.

Sonrisas que lentamente se hundieron en el silencio.

Cauce de mi dolor. Corola de luz, de sueños.

¿Por qué la noche secuestra mis sentidos

cuando estoy lejos de ti?

¿Por qué la luz escapa de mis manos

cuando tu ausencia me inunda?

 

Hube de regresar del vacío de los naufragios,

de la tibia opacidad del oleaje del viento.

Atrapé la soledad entre mis dedos de sombra

cuando presentí que no iba a estar a tu lado.

 

La tupida inercia de contemplar tus paisajes

se tornaba golondrina, pequeño gorrión

en la arena visceral de mis desvelos.

Y cuando llegó la noche

con su escalera vertical de sueños errantes

tuve que descender por ella hasta el fondo de mis pesares.

Tus ojos jugaron a ser laberinto,

dédalo virtual donde se perdió mi alma.

Pena de los aguaceros. Azul de cielo a tu lado.

Rosas marchitas sin ti. Es el furor de las olas

que secuestró el gélido tul de nuestros devaneos.

Lágrimas salobres brotaron de mis ojos

para llorar por ti, Campillo de Arenas,

en los ambarinos cielos de la ausencia.

ENCARNA GÓMEZ VALENZUELA         AGOSTO- 2022

  


 


 

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