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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

martes, 30 de agosto de 2022

LA LLUVIA BONDADOSA

 

 


Hoy ha llegado la lluvia de finales de verano,

                                               a nuestras tierras sedientas, a nuestras flores marchitas.

                                               Ha sido una tormenta feliz, unas gotas de rocío,

                                               que han regado nuestros campos, que han besado

                                               nuestro pecho y nos han dado la medida del amor

                                               de los luceros del alba.

 

                                            Hoy ha llegado la lluvia para curar mis heridas,

                                            para lavar la desidia, el abandono, el olvido

                                            y para borrar las huellas de tus manos en mi piel.

                                            Por qué recorriste las veredas de mi alma,

                                            si tu amor era solo una pincelada errante,    

                                           una menudencia inútil, un antojo sin remedio,

                                           una caricia tan fugaz como la luz del relámpago,

                                            una esquirla de deseo, un fragmento de ilusión?

 

Te marchaste de mi lado y sentí las caricias de la brisa

sobre mi piel maltratada, sobre mi pecho oprimido,

sobre mis entrañas rotas, sobre mi cuerpo desnudo.

Fue una caricia divina que me salvó del desastre.

Que me libró de un desatino febril.


Ahora, curada y limpia, preñada de libertad,

de ilusiones y de gozo, de amores y de alegría

podré recorrer los mares en los veleros del sol

y jugar con las sirenas en los piélagos remotos

donde no lleguen ni el desamor ni el olvido,

donde no escuche tu voz, ni beba los desatinos

del vino de tus lagares, del mosto de tus palabras,

donde no anhele tus besos, ni tus labios, ni tu risa

ni las yemas de tus dedos, cuando recorrías mi cuerpo

en las noches de locura y de pasión.


En CasaRosada a 30 de agosto de 2022





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