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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

jueves, 21 de septiembre de 2023

BIENVENIDO SEAS OTOÑO



  (Con este poema, doy la bienvenida al otoño)

Bienvenido seas otoño,

a los parques de mi pueblo

a los valles de mi pecho.

Bienvenido, con tus jirones de niebla,

con sus tardes amarillas, soleadas,

esponjosas, ambarinas, macilentas,

con tu abanico de ausencias.

 

Bienvenido con tus misterios de calma,

de pesadillas, de fobias, de tempestad,

de incógnitas, de ventoleras

de pena en el lagrimal

y agonía en la garganta.

Con tus tonos encarnados

enajenas mis pupilas y mis sueños

y das vigor a la nostalgia.

Sé generoso y magnánimo

y derrámanos tus aguas

por los montes y los campos.

 

El otoño

se adueña de nuestras almas

con sus colores cobrizos,

caquis, tostados, rojizos y amarillentos,

llenos de melancolía y repletos de añoranza.

Nos trae un mosaico de tonalidades ocres,

en sus sedientas mañanas,

en sus prolongadas noches.

Con sus visos escarlata,

con sus telones de sombra,

con sus días de ventoleras,

nos trae nubes de plata.

 

Iluminado por la tibieza sutil

de un sol, pálido y escurridizo,

va transcurriendo despacio

por las vides de septiembre,

por los lagares de octubre,

por los mostos de noviembre,

por los vinos de diciembre.


El otoño

se arremolina en mi pecho,

busca cobijo en mi alma,

se interna en mi corazón

se detiene en mi garganta

para arañarme las vísceras

y desgarrarme la entraña.  

 

El otoño,

desarraigado y versátil,

se derrumba en mi memoria

con aire de fríos vientos

y con escasez de agua.










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