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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

miércoles, 10 de julio de 2024

RESEÑA DE LA NOVELA LA ROSA DE HEREFORD DE LA ESCRITORA BRENNA WATSON A CARGO DE LA AUTORA ENCARNA GÓMEZ VALENZUELA

 


A veces, solo en la adversidad descubrimos nuestro auténtico coraje. Con esta frase tan concluyente, comienza la novela de Brenna Whatson: La rosa de Hereford.

            En plena campaña contra Napoleón y tras la muerte de su hermano, Nicholas Hancock abandona el ejército para convertirse en el nuevo conde de Sedgwick. Con él trae una promesa que se verá forzado a romper cuando la joven Madeleine Radford se cruce en su camino. Obligado a contraer matrimonio con ella, como Nicholas no la quiere, decide deshacerse de ella y la condena al destierro.

            La rosa de Hereford es la historia de una muchacha muy joven, Madeleine Radford, que, en la Gran Bretaña de 1913, se casa con Nicholas Hancock, conde de Sedgwick. El conde, al ser sorprendido a solas con la joven, en circunstancias sospechosas, se ve obligado casarse con ella, para evitar un escándalo en su familia y entre la nobleza londinense. Como él cree que ha caído en una trampa puesta por Madeleine, para vengarse de ella, Nicholas decide desterrarla a una de sus propiedades más modesta y alejada de Londres.

             La finca está perdida entre la maleza y muy mal administrada. La mansión y la finca se denominan Blackrose Manor y está ubicada en una pequeña localidad del norte de Gran Bretaña, Hereford. Esta finca está administrada por un matrimonio extraño que trata mal a Madeleine al quedarse sola. El marido es el administrador de la finca, al que hace mucho tiempo que no le han pedido cuentas. La mujer es la cocinera, cuyos guisos son pésimos. Y una sobrina de esta mujer es la criada. El día en que Madeleine descubre que el mayordomo hace trampas y roba a los campesinos y a los Sedgwick, revistiéndose de un valor inusitado, los despide. En aquel ambiente hostil, en aquella mansión decadente, descuidada, casi en ruinas y estando sola, Madeleine, al principio, se siente desfallecer.      

               Sin embargo, la joven será capaz de sobrevivir luchando contra las circunstancias más adversas. Busca otro administrador, otra cocinera y otros sirvientes. Poco a poco, se va rodeando de gente buena y sencilla y así logra emprender la reconstrucción de la mansión, la restauración del campo, y el arreglo del jardín. También es capaz de superar con éxito malos años y pésimas cosechas. Practicando el bien y luchando contra las injusticias, existentes en Hereford, irá madurando. Deja de ser una jovencita a la que todos manipulan para convertirse en una mujer inteligente, autosuficiente, bondadosa, emprendedora y segura de sí misma y a la que mucha gente en Hereford, respeta y quiere. Es Madeleine un ejemplo magnífico para las todas las mujeres, porque, con mucho esfuerzo y tesón fue resurgiendo de las terribles circunstancias en las que la abandonó su esposo, Nicholas, el conde de Sedgwick.   

               Es una historia de superación de obstáculos, de tenacidad, de bondad, generosidad y amor, escrita por Brenna Watson con mucha elegancia. También aparece en esta novela el machismo, esa corriente nefasta que relega a la mujer a la casa, a la asistencia a las fiestas, a las labores domésticas, a la desinformación de lo que suceda en el mundo y al control exhaustivo del varón en todas las facetas de la vida.  Una novela romántica histórica muy buena. A los lectores amantes de este género les encantará el libro.


 

            Once años después, de estar Madeleine desterrada en Blackrose Manor, tras coincidir en una fiesta con el conde de Sedgwick, el rey expresará el deseo de conocer a su esposa Madeleine, y Nicholas no tendrá más remedio que volver a buscarla. Pero la mujer que encontrará en Hereford ya no es la joven asustada y tímida que dejó atrás. Ni aquella humilde propiedad es la misma que él le legó. La finca estará totalmente transformada y tendrá cultivos y plantas que sorprenderán al lector, al conde de Sedgwick y a toda la familia.

La narrativa de Brenna Watson es rica y bella en descripciones, metáfora, símiles y en recursos estilísticos. Veamos algunos: Recordaba los ojos de él, que cuando los abría reflejaban el resplandor de la luna. La escarcha cinceló una coraza sobre su pecho y enero se deslizó sobre ella como un mal presagio. Caía una llovizna que hacía refulgir los campos…

¿Puede el amor nacer entre las cenizas del rencor? ¿Puede el tiempo curar las heridas del despecho? Nicholas y Madeleine tendrán que enfrentarse a su pasado para descubrirlo.

Ambos, cuando se juntaron de nuevo, estaban dispuestos para iniciar una nueva etapa, la más fascinante de sus vidas. Así acaba esta magnífica novela de Brenna Watson. Si sois amantes de la novela histórica y romántica, no dejéis de leerla, os va a encantar.

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