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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

sábado, 2 de agosto de 2014

CARMEN MARTÍN GAITE



Se han cumplido catorce años de la muerte de Carmen Martín Gaite. La autora de El cuarto de atrás o Nubosidad variable murió antes de recibir muchos de los reconocimientos oficiales que merecía —le llegaron, eso sí, el Príncipe de Asturias en 1988, y el Nacional de las Letras en 1994—, pero ha logrado eso que el tópico dicta, y que emociona cuando se palpa de verdad: perdurar en la memoria de los lectores.

Catorce años después de su muerte continuamos leyendo, con el mismo entusiasmo, a Carmen Martín Gaite: Entre visillos ha ganado en modernidad, y más si al leerlo recordamos la época en la que se escribió y publicó, e incursiones ensayísticas como sus Usos amorosos de la postguerra española.

 Una muestra de esta vigencia es Un lugar llamado Carmen Martín Gaite, publicado por Siruela con edición de José Teruel y Carmen Valcárcel. El volumen recoge las conclusiones de unas jornadas de estudio sobre la escritura, celebradas entre el 24 y el 26 de abril de 2013, con la participación de críticos como José-Carlos Mainer, Ángeles Encinar o José María Pozuelo Yvancos, además de autores como Carme Riera, Belén Gopegui, Manuel Longares o Rafael Chirbes.

En octubre de 1963, cuando Luis Martín-Santos acaba de leer Ritmo lento, escribe lo siguiente en la dedicatoria de su ejemplar de Tiempo de silencio: para Carmen Martín Gaite con la admiración sincera que me inspira su existencia compleja y polivante. Esas distintas visiones de la escritora salmantina quedan reflejadas en Un lugar llamado Carmen Martín Gaite: desde la que vivió la España de 1950, escribiendo sus primeras novelas a escondidas de su marido, a la que convertida en una mujer de letras, ya independiente, instalada en la universidad norteamericana, donde hoy es lectura de referencia.

Los amantes de la obra de Carmen Martín Gaite disfrutarán perdiéndose en este lugar que abarca el descubrimiento y el recuerdo, el análisis riguroso y la lectura más creativa. Quienes desconozcan su obra o quienes sepan poco de ella se iluminarán con una figura, la de Carmen Martín Gaite, fundamental en nuestra literatura reciente como modelo creativo y por su calado vital.

Noticia publicada en Estandarte.com

 

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