LA POBREZA ENERGÉTICA
Ya ha llegado el frío a
nuestro país y con desmedido rigor a pesar de que todavía estamos en otoño y
quedan bastantes días para que llegue el invierno. Las temperaturas se han
desplomado varios grados en los termómetros. En el norte de España está nevando
con intensidad, lo que ha propiciado que las estaciones de esquí hayan empezado
a funcionar ya o se estén preparando para hacerlo. En otros lugares está
lloviendo o hace mal tiempo. El frío es el denominador común en nuestra tierra
por ahora.
Este temporal de nieve
y de frío que anuncia el invierno nos toca el corazón por esas personas que
carecen de un lugar calentito donde refugiarse. Desde esta plataforma rogamos a
los ayuntamientos de todo el país que preparen sus albergues para que los
pobres pueden guarecerse y no morir congelados. Hay demasiados indigentes,
generados por esta profunda crisis, que
no tienen casa y que lo han perdido todo. Los que nos llamamos humanos no
podemos dejarlos desprotegidos. Son seres que tienen las mismas necesidades que
todos nosotros. Hagamos cada uno lo que esté de nuestra parte para tratar de
mejorar la situación de estas personas.
Hoy también queremos
hablar de la pobreza energética que padecen más de medio millón de españoles. Según
las encuestas, cada 8 de 10 jubilados la sufren. La pobreza energética consiste
en no poder encender la calefacción o las estufas y/o los braseros para
calentar los hogares por falta de ingresos para costearlos.
A algunas familias les cortan el fluido
eléctrico si no pagan y no pueden cocinar ni calentarse. Además, esto es un
círculo vicioso, quienes disponen de pocos ingresos tampoco pueden darse de
alta en el fluido eléctrico, porque hace falta una cantidad de dinero de la que
no disponen para asumirla.
Las épocas frías son muy desapacibles para
estas personas. Tienen que estar parte del día fuera de casa, en los bares, en
las tiendas o en los centros comerciales. A algunas personas les ayudan los vecinos, los amigos o los
familiares y así pueden subsistir, pero sufren muchas carencias.
Desde el año pasado hay
ayudas para quienes padecen semejantes privaciones. Se trata de unos bonos
sociales, que deben solicitar las familias que lo necesiten. De esta manera
están siendo socorridas. Estas ayudas parece que van a continuar mientras
persista la pobreza energética.
Aquí llamamos la
atención de las eléctricas, que parece que no piensan más que en sus ganancias
y se olvidan de los pobres. Les cortan la luz cuando no pueden pagar. Además,
suben el recibo de la luz cuando hay mayores necesidades del consumo eléctrico.
Así llenan más deprisa sus bolsillos. También los políticos tienen que tomar
cartas en el asunto y controlar a las empresas de electricidad con la finalidad
de que no encarezcan tanto el fluido eléctrico. Para que eso pueda ser factible,
tendrán que desaparecer las puertas giratorias que tanto juego han dado a
algunos políticos, que salen del gobierno y se convierten en asesores de estas
empresas a las que han beneficiado con sueldos astronómicos.
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