Hay navidades que llegan a destiempo.
Niños pobres que nacen bajo las iras de la miseria,
niños vagabundos, niños huérfanos,
niños sin hogar, niños sin destino.
En su mundo no quedan pájaros verdes
que levanten el vuelo, para echarse a volar.
Hay seres heridos en abandonos por el brusco
hedor de la injusticia. Tierras devastadas,
Hay esperanzas rotas, ilusiones perdidas
en lo profundo del alma, que sueñan una Navidad Feliz.
Desolación en los corazones del miedo,
llantos y tristezas por doquier.
Es necesario que llegue Navidad,
con su orla de paz, con su abanico de estrellas,
con su temple de solidaridad y de dulzura.
Es preciso mitigar el hambre
en el tierno pecho de ese Niño Jesús que nace
tan pobre y tan humilde, tan necesitado de amor.
Que vino al mundo una fría noche de invierno,
que abrió sus ojos de luz en un mísero establo,
que siendo Dios se hizo pequeño, que se anonadó,
que nos dio ejemplo de vida, para que no
nazcan más niños pobres, para erradicar el hambre,
la miseria y la injusticia, para sembrar la paz en
este mundo,
abatido
por la violencia.
ENCARNA GÓMEZ VALENZUELA
No hay comentarios:
Publicar un comentario