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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

lunes, 23 de diciembre de 2019

HAY NAVIDADES


Hay navidades que llegan a destiempo.
Niños pobres que nacen  bajo las iras de la miseria,
niños vagabundos, niños huérfanos,
niños sin hogar, niños sin destino.
En su mundo no quedan pájaros verdes
que levanten el vuelo, para echarse a volar.



Hay seres heridos en abandonos por el brusco
hedor de la injusticia. Tierras devastadas,
Hay esperanzas rotas, ilusiones perdidas
en lo profundo del alma, que sueñan una Navidad Feliz.
Desolación en los corazones del miedo,
llantos y tristezas por doquier.

Es necesario que llegue Navidad,
con su orla de paz, con su abanico de estrellas,
con su temple de solidaridad y de dulzura.
Es preciso mitigar el hambre
en el tierno pecho de ese Niño Jesús que nace
tan pobre y tan humilde, tan necesitado de amor.

Que vino al mundo una fría noche de invierno,
que abrió sus ojos de luz en un mísero establo,
que siendo Dios se hizo pequeño, que se anonadó,
que nos dio ejemplo de vida, para que no
nazcan más niños pobres, para erradicar el hambre,
la miseria y la injusticia, para sembrar la paz en este mundo,
abatido por la violencia.

ENCARNA GÓMEZ VALENZUELA




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