Hoy ha hecho un año que se decretó el Estado de Alarma, hoy hace un año que nos cambió la vida. El covid-19 vino para quedarse y para fastidiarnos y enfermarnos. Los contagios comenzaron a subir, los hospitales a llenarse, las UCIS a colapsarse, las calles a vaciarse, las gentes a quedarse sin trabajo, el paro a subir, las ONGS a verse rebasadas por las peticiones de alimentos, las morgues a llenarse de ataúdes, los cementerios a recibir muchos difuntos y el miedo a hacer mella en nuestros corazones. Si alguien nos hubiera dicho lo que iba a suceder, nadie se lo hubiera creído. Pero todo ha sido una realidad, una triste realidad que nos ha desgarrado el alma y nos ha destrozado la vida. Ojalá este año podamos todos vacunarnos y respirar con un poco de alivio. Dios lo quiera.
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