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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

martes, 16 de marzo de 2021

VIVENCIAS EN PEGALAJAR

 


Después del duro invierno y la nevada,

                                        después de las heladas y la escarcha,

                                        la primavera a tus balcones se asoma

                                        y nos muestra su verdor de hierbabuena,

                                        sus geranios que florecen como estrellas,

                             sus jazmines que se encienden como antorchas.

 

Todo renace de nuevo en ti, querido Pegalajar,

todo se ensancha en tus caminos.

La savia de tus venas se enardece

igual que una sonrisa adolescente.

Sol y luna parecen dibujarte cada día

en el tono visceral de tus montañas.

La marea de las pupilas infantiles,

la dulzura de esas risas, es balada

que se expande, jubilosa,

impregnando de cadencias la mañana.

 

El tibio resplandor de tus ponientes,

la suave frescura de esos amaneceres

repletos de quehaceres y de sueños

perfilan con tesón tus olivares

y tus vegas repletas de esperanza.

Serás paloma o gorrión que aviva el vuelo.

Serás ola sutil de un mar de calma.

 










 

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