Este es el artículo de mi autoría publicado en el periódico IDEAL SIERRA MÁGINA, para el mes de enero de 2022. Abajo lo cuelgo en letra grande para que podáis leerlo.
LOS REYES MAGOS DE
ORIENTE. LA NOCHE DEL 5 DE ENERO Palabras
513
La noche del día 5 de enero vendrán los Reyes Magos con los camellos cargados
de regalos para los pequeños. La población infantil de Sierra Mágina y, de
muchos lugares, esa noche, se irá pronto a la cama para facilitarles la
labor a sus Majestades, que se pasarán toda la noche realizando esa hermosa
tarea de ir casa por casa para repartir los regalos. Habrá muchos niños y niñas
que dejen los zapatos en el balcón, y sobre las mesas de la cocina o del salón,
algún vaso de leche, mantecados y dulces para mitigar el hambre y el cansancio
de tan nobles varones. Los padres habrán de estar vigilantes para que cuando se
levanten los pequeños, los presentes dejados a los Reyes Magos, hayan
desaparecido. Y para poner los propios regalos que la chiquillería va a
recibir. Tengamos en cuenta que los nenes se acuestan nerviosos, pensando en la
mañana siguiente. Hecho por el que, algunos se despiertan en mitad de la noche
y no pueden resistir la tentación de levantarse a ver lo que ha sucedido.
Mantengamos esa ilusión infantil todo el tiempo que podamos porque llena de
magia, de alegría y de sueños los corazones infantiles y les ayuda a creer en
un mundo mágico, en el que solo existen los valores positivos, en el que ellos,
con los impulsos bondadosos de su interior, pueden destruir las fuerzas del
mal.
Cuando éramos pequeños, en la época de la tardía posguerra
española, cuando muchas gentes se vieron obligadas a emigrar a las zonas
industriales del país, y fuera del mismo en busca del trabajo y del sustento
diario, y cuando escaseaba todo y algunas familias solo tenían para cubrir las
necesidades básicas, los Reyes Magos también traían regalos, pero esos
presentes eran mucho más humildes que los actuales: cestitas de bombones,
caramelos, lápices y material escolar, cajitas con mantecados, canicas,
carretillas y cochecitos de madera para los niños y muñequitos de barro
pintado, para las niñas, o pepones de cartón, a los que había que vestir con
las ropas que les hacían las madres y que, si se mojaban, había que tirarlos.
Eso era lo que les sucedió a algunas niñas que quisieron bañar a sus muñecos, o
lavarles el culito, como veían hacer a sus mamás con sus hermanillos pequeños.
En aquella época, todo era más
natural, más cercano y entrañable, aunque menos ostentoso. Los juguetes estaban hechos con materiales
reciclables y no contaminantes: madera, cartón, tejidos, pasta de papel etc. A
veces, eran los mismos padres quienes los fabricaban. Los juguetes de esa época
solían tener sello masculino o femenino, aunque entre hermanos, si los progenitores
eran permisivos, podían intercambiarse. También existía una gran diferencia con
lo que sucede hoy. Como no había abundancia de dinero para realizar las compras,
aunque solo fuera de materiales para la fabricación de juguetes, cada año,
pasadas las fiestas de Navidad, estos desaparecían, para aparecer al año
próximo con la consiguiente sorpresa de la población infantil.
Que los Reyes Magos sean generosos con todos vosotros, grandes y pequeños,
y os traigan algún regalo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario