¿A quién no le gustaría viajar en el tiempo, caminar por nuestro pasado o antecedernos a nuestra propia época? Pues bien, el protagonista de El secreto de las cerezas, que es el propio José Quesada, Pepe de Librada para los amigos, lo consigue en esta historia.
El autor está viendo, revisando y estudiando un libro de fotografías de personajes de su pueblo, Cabra de Santo Cristo, retratados por don Arturo Cerdá y Rico. Mientras tanto, come unas cerezas mágicas y bebe una copa del licor que las conserva y logra retroceder en el tiempo hasta una época anterior a su nacimiento. Viaja en el tiempo al siglo pasado, al año 1910.
Logra que los personajes del libro de fotografías que está viendo, cobren vida. Todo lo que ve a su alrededor el autor-protagonista le sorprende. También causa extrañeza y desconfianza a las gentes cuando lo ven a él, vestido de forma tan distinta a la suya propia. Pasea por Cabra del Santo Cristo y va encontrándose con gentes, que ha oído mencionar cuando era pequeño y con otras que ha visto en el libro, y con establecimientos de aquella época.
Se encuentra con un
arriero y con otros personajes que le son conocidos o que descubre en ese
momento. Llega hasta la puerta de su propia casa, que encuentra cerrada.
Pregunta por una farmacia y nadie sabe lo que es eso, cuando menciona botica,
lo entienden todos.
Después llega a la casa de don Arturo Cerdá y
Rico, que ha sido médico del pueblo y que ya estás jubilado. Cerdá y Rico es
amante de la fotografía. El protagonista conversa con él largo tiempo,
intentando disimular que él vive en 2010, un siglo después. Este le invita a
tomar café la tarde siguiente. Cuando sale de allí se encuentra con un pilar,
donde años después habrá una plaza y una fuente. Las mujeres, con sus cántaros
van a coger agua del pilar y están haciendo cola, dejan al protagonista, que
está sediento, refrescarse la garganta y saciar su sed.
En la segunda parte del
libro el protagonista va a la casa de sus abuelos paternos, que son más jóvenes
que él. La abuela lo trata con desconfianza porque para ella es un forastero
del que no posee referencias. Va a la era de San Sebastián a ver al abuelo, que
está organizando la trilla. Al coincidir sus nombres, lo trata como a un
pariente y lo invita a comer a su casa. Después de la comida conversan un rato
en el portal. Después el abuelo se va de nuevo a la era y el protagonista a la
posada del pueblo, para cenar y pasar la noche en la misma.
Este libro es un
recorrido por los cuadros de Arturo Cerdá y Rico. Los cuadros cobran vida en la
mente del autor. A recorrer las calles del pueblo se va encontrando con los
distintos personajes fotografiados por Cerdá y Rico y con sus propios
familiares.
El autor usa el
vocabulario propio de la época, sobre todo en boca de los personajes con las
respuestas que dan o las preguntas que hacen (los diálogos).
El secreto de las cerezas, es un
libro curioso y mágico, que tiene el encanto de hacernos volver al pasado y
poder visualizar paisajes y personajes de esa época anterior. Recomiendo su
lectura a los amantes de la lectura. Con este libro pasarán un rato ameno.
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