Es maestra, abogada y mediadora, gestora cultural, poeta y escritora. También se ha enriquecido con sus múltiples lecturas, viajes y experiencias vividas. Le encantan las relaciones sociales y la amistad, no solo con personas de su nivel cultura, sino con todos. Disfruta siendo luz y guía de los que ponemos nuestros ojos en ella e intentamos seguir su ejemplo. Posee un gran dominio de la Gramática y de todas sus partes. Sabe jugar con las palabras de una forma tan prodigiosa que provoca admiración. Sabedora del dominio que tiene sobre la palabra, cultiva incluso la invención de nuevas palabras, ejemplo: Soliendas, ultimidades, absolitudes, helazón.
Usa el verso
endecasílabo y blanco, conocedora de su ritmo y su gran musicalidad, aunque no
lleve rima. Posee una gran cultura clásica. En ocasiones, parte el verso en dos
líneas o usa versos de otras medidas. Los poemas de este libro están llenos de
vida, de añoranza, de melancolía, de recuerdos y sobre todo de esperanza. La
autora desea aferrarse a todo lo que la rodea con ese anhelo de permanencia, de
seguir luchado, de no rendirse nunca ante nada, de afrontar la vida con esa
fuerza y esa energía que ha ostentado siempre para combatir el paso del tiempo,
que en todos deja huella. La metáfora en un instrumento lingüístico que utiliza
con una genialidad sin par. Posee una gran riqueza de vocabulario. Con este manual
poético la autora persigue continuar viva. Es un libro personal e intimista,
que habla del sentido de la vida y de la muerte y de la lucha cotidiana por la
supervivencia, pero transciende a lo universal por la temática, que nos afecta
a todos y que es muy variada. Consta de dos partes:
La primera contiene
alrededor de cuarenta poemas, todos ellos interesantes, misteriosos y
complicados en su interpretación. En la segunda parte están los Epítomes, en
los que canta a los elementos: al aire, al fuego, al agua, y a la tierra, así
como a la luz, a la niebla, al humo, a la soledad, a la muerte y al sueño. Los
Epítomes son tristes, sin embargo, al
fondo aparece la luz.
En el primer poema, “Probablemente
Otoño”, que da nombre al poemario, la autora desea seguir viva, esperar
desnuda, tenaz espera. Surge en el mismo su vena de valentía y de lirismo. No me desplomarán ni las arrugas/ ni un
tañido de bronces melancólicos… Yo soy un árbol/ que hunde sus raíces en lo
ilícito/ de disputarle a Dios su eternidad/ con el arma letal de la palabra.
Las ansias de vivir son inmensas en esta mujer que bebe los vientos por la
PALABRA y su juego poético o literario.
En el segundo poema, “Me
niego”, la autora continua con esa línea de valentía y acaso temeridad y lucha por
permanecer viva. Se niega a realizar todo lo que es triste, lo que hace que la
persona envejezca, que se deteriore, que no tenga esperanza de continuar
viviendo. En los siguientes poemas echa de menos y añora a su amado y duda,
ante el recuerdo olvidadizo, de lo que hizo con él. En “Esta noche de Nieve”,
me llama la atención el recuerdo de los indigentes, de los pobres, de los
parados, de los sin techo. Está lleno de sentimientos humanitarios, como su
propio corazón: la nieve puede servir de almohada para los indigentes. Recuerda
los desabrigos, fuera del calor del hogar. Fatal
metamorfosis de mariposas gélidas. Me gusta el poema: “Ese cuaderno azul”,
para guardar sus recuerdos de letra inconfundible y la memoria de la caligrafía
de su amado. A veces, la autora no tiene tiempo y habla por boca de su amado,
cuando la noche se muere de tristeza. En “Querido Tú”, aparece su gran dominio
del verbo en todos sus tiempos, formas, modos
y significados. Llega él con un
gerundio dulcísimo de amor de última hora. En “Ultimidades”, la autora se
siente: barranco seco, pedregal, cubil de las hormigas etc. y cuando llega el
amado se transforma en arteria, cauce, rambla de la sangre de él. Ambos se
sienten tan antiguos como el mundo, pero ávidos aún del aguacero (bellísima
metáfora). Cuando viaja a Bogotá la autora se siente tan feliz que salir de
allí constituye un exilio. En “Almuerzo en compañía” usa la sinestesia: el tacto de los ojos, y se inspira en
los Evangelios: Una palabra suya bastó
para sanarme. Inspirada en Cantinflas, dirá: regaladme un payaso/ que me haga reír muy tristemente/y juegue a las
canicas con mis penas/ encima de una mesa sin manteles/. “Trío de Casas”.
La Casa I, Era vieja y en las cámaras se escuchaba el graznido de los grajos,
que eran anunciadores de desgracias en Casa II. Las ausencias se colaban por
entre las alcobas en eclipse en Casa III. En “El beso”, poema con lindas
metáforas, el beso es un dios menor, buscando al verdadero. En “Emigrantes” añora
la memoria del otoño en Sierra Mágina. Evoca el recuerdo de su perrilla en
“Adiós, Kissi. Para la autora el Sur es un abrazo infinito que desgarra y se
convierte en piedra y en frontera. Cuando se convierte en mariposa, vuela
llenando el aire de colores. En otros poemas, una angustia asalta a la poeta y
escucha a alguien cantar su propia historia sin estar ella. Sigue soñando con
el retorno de los pájaros, temiendo que no vuelvan en primavera. El paisaje,
vestido de frescura, fue asaltado. En “Tantas huellas” dice: En mi piel escribieron su caricia/ mil
huellas trashumantes/subrayando su nombre de ida y vuelta/…En mi piel trazaron
su grafía/ mil tactos anacrónicos/…No me queda un rincón sin escritura/.
Aquí hace alusión al oficio de escribir a la tarea escribana, que la inunda y
la posee.
En otros poemas, para
la autora, el tiempo de esperar se ha terminado, atrás se quedaron las dudas y
los deseos y ahora desnuda de todo ropaje, avanza de la mano de la vida. “No
tengo” es un poema contradictorio. La vida de la escritora tiene abundancia de
formas y acciones ¿la salva la vida o no la salva? Sí, la salva, pero ella no
lo dice, lo sugiere. Poema metafísico que la ubica más allá de las fronteras de
su cuerpo. En algún poema la luz le produce miedo, parece que, con la llegada
de la luz, ella pierde al amado. En otro poema,
piensa que está sola, y no encuentra el camino de retorno. Quizá todos
estemos solos, aunque nos veamos rodeados de gente. Para ella el reloj ignora
que el tiempo se detuvo aquella tarde en que ella y su amado volvieron a ser
viejos. El poema “Despiece” es un puzle que dice: Y vuelvo a revolver/-pieza por pieza-/hasta descomponer un mal
recuerdo/dibujado a pedazos sobre el alma/. En “Amanece” me perturban estos
versos: Será que la vejez es una
incógnita, /una inmovilidad. Un anticipo/ de la melancolía del camposanto/.
Del poema “Quebrantos” me encanta la sencillez,
la gracia y la ligereza con la que gotean los versos y la gran
musicalidad y ritmo que poseen.
Para la autora la
soledad es noche y su mágico delirio todo lo traduce en riesgo y en usura. El
barco de su vida está quieto y ella está triste sin tripulación. Todo lo
conserva en el trastero, en un rincón de la memoria, como si padeciera el
síndrome de Diógenes. A todo se aferra ella, porque su historia estaba
sombreada en la inservible esencia de las cosas. En el poema “Esta vida” la
poeta dice: Esta vida/ que no encuentra
consuelo/ sino en seguir la ruta del beso y del arrullo/… Esta vida/ pronta a
desnivelarse/ que duele en la cadera y en el alma/…Esta vida vestida de helazón
y de remiendos/ a veces/ -y otras veces vestida de aristócrata-/ Esta es mi
vida/. Y nos amamos/. Estas reflexiones llegan al alma y secuestrarán el
corazón de los lectores.
Magnífico poemario,
Soco. Te felicito sinceramente. Sé que
todo lo que dices lo vives y sabes plasmarlo en el papel para
satisfacción de tus lectores. Gracias, Soco, por mostrarnos tanta emoción y
tanta realidad interna, tanta filosofía, tanta vivencia cotidiana, tanta
experiencia, tanta soledad y tanta dulzura. Recomiendo la lectura del este
libro porque sus versos os ayudarán a vivir, a pensar, a evocar y a sentir las
vivencias propias y ajenas como personas, como seres humanos en pos del
conocimiento y de la salvación.
He de reconocer desde mi más absoluto desconocimiento de la obra de Socorro, leer Probablemente, Otoño ha sido un despertar a querer conocer todo lo que escribe, por otra parte a la autora de la reseña reconocer que es una gran conocedora de esta mujer admirable. Enhorabuena a ambas. Saludos deJosé Ignacio Fern
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