Azules, verdes, terrosos,
diáfanos, diluidos mansamente,
en las olas de los valles
de un ingente mar de tierra,
cubierto de olivos verdes
que, jubilosos relampaguean,
como espejismos silvestres.
Son un ampuloso estandarte
que da luz a todos mis sueños.
Inmensidad del paisaje querido.
Cúpula del Almadén
que te nutres cada día
con aguaceros y soles,
que ondeas tus desniveles
o los recortas y quiebras
como surcos de esperanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario