Desde hace algunos días
la actividad que los obreros realizan en las obras del parque de Pegalajar es
frenética y constante. Han aumentado la plantilla, trabajan los sábados y hacen
dos turnos al día. Ayer estuvieron trabajando hasta las diez de la noche. Si
hubieran tenido ese ritmo de laboriosidad desde el principio, hace ya tiempo
que las obras hubieran estado concluidas.
Las polvaredas que meten son
impresionantes, el polvo puede captarse en las fotos. Quedan pocos días para las fiestas, acabar las
obras es totalmente imposible. Parece ser que van a terminar lo más aparatoso,
para que los parques puedan ser usados por el personal, y el refinamiento, los
jardines y los detalles los dejan para después. Se ofrecen algunas fotos para que comprobéis el ritmo trepidante de las
obras.
EL ALQUITRÁN DE LA CALLE
LA POLVAREDA
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