El extranjero es una novela corta de 124 páginas, en
formato libro de bolsillo. Está escrita por Albert Camus, Premio Nóbel de
Literatura en 1957. El autor, usando un narrador en primera persona, cuenta la
historia de Meursault, un joven francés, residente en Argel, sencillo, escéptico,
poco hablador, cuya existencia está vacía de significado y propósito. Rechaza todo
principio religioso. Piensa que la vida por sí misma carece de importancia.
Este planteamiento existencial en la base del absurdo,
principio filosófico expuesto por Camus en sus obras. Piensa que ante la
imposibilidad de encontrar una causa, motivo o justificación a todo lo que nos
rodea, surge dentro de la persona la percepción del absurdo o de una vida sin
sentido. Camus se vale de la ficción literaria para plantear sus preocupaciones
existenciales.
A
Meursault le comunican la muerte de su madre en una residencia de Marengo, a 80 Km. de Argel. Él se pone en camino, pero
es incapaz de derramar ni una sola lágrima por la pérdida de la madre. Los
residentes, compañeros de la difunta, llegan para velarla, él se dedica a
observarlos sin centrarse en la pena que debe sentir un hijo ante una pérdida así.
Esta falta de manifestación externa de los sentimientos es observada por los
dirigentes de la residencia con estupor y la manifestarán con extrañeza cuando
son llamados a declarar contra Meursault.
(Mesó)
Después del sepelio el
protagonista vuelve a Argel y se encuentra con Marie, una antigua conocida
y compañera. Reanudan la relación amistosa y se rozan. Van al cine juntos y
siguen rozándose. Esa noche la chica se va a casa de él y los jóvenes duermen
juntos. Extraña la falta de énfasis del narrador hacia esa noche de amor y sexo
vivida por los protagonistas. Luego Meursault se junta con Enmanuel, un
compañero de trabajo con el que tiene algunas aventuras. Va al restaurante de
Celeste para comer. Se encuentra con Salamano y su perro, cuya relación
dueño-animal es muy problemática. Después se encuentra con Raymond Sintés.
Su relación con este último acabará pasándole factura. Por causa de él, se verá
involucrado en un asesinato. En la segunda parte del libro se narra el juicio
de Meursault. Lo condenan a muerte, pero él no se
inmuta frente al mundo que lo rodea. Prefiere guardar silencio antes de
afrontar el fastidio que le produce expresar lo que es obvio para él.
Estas características vividas por el protagonista lo
encuadran en la corriente de lo que Camus consideraba el hombre absurdo. Esto
le permite al autor construir el reflejo de una sociedad plagada de prejuicios,
donde el protagonista, por no llorar en el velatorio y el sepelio de la madre,
es considerado como un monstruo y condenado, no por el propio asesinato, sino
por desconocer las reacciones principales del corazón humano y la manifestación
y exhibición de los sentimientos y normas básicas de la sociedad.
En
esta novela Camus ostenta un estilo sencillo con frases cortas y concretas,
hecho que favorece el entendimiento de la obra por los lectores. Un narrador
escueto, que es el propio protagonista. «Dije sí, para no tener que hablar más»
Frase que nos muestra la concisión del protagonista narrador.