La Santa Iglesia Catedral de la Asunción de la
Virgen es la catedral renacentista de Jaén,
sede del obispado de Jaén, en la comunidad autónoma de Andalucía,
España.
Se ubica en la plaza de Santa María, frente al Palacio Municipal y el Palacio Episcopal.
La catedral actual fue concebida en el siglo XVI para
sustituir al anterior templo gótico del siglo XV. La construcción se
prolongó durante varios siglos, a pesar de lo cual la idea original permaneció
intacta. Destacan la sala capitular y la sacristía, que son la obra cumbre de Andrés de Vandelvira, y una de las
obras más importantes del renacimiento español. También es
sobresaliente su fachada principal, una de las principales obras del barroco español, construida tras la
consagración del templo en 1660. Igualmente, destaca el coro neoclásico
debido a su belleza y al gran número de sitiales que lo convierten en uno de
los más grandes de España. Una vez finalizadas las obras del edificio, las mismas
continuaron en los siglos siguientes principalmente en la decoración interior y
de las capillas. Además, a consecuencia del terremoto de Lisboa de 1755 fueron necesarias
obras de consolidación en la fachada norte, así como la construcción de la Iglesia del Sagrario.
Está dedicada a la Asunción de la Virgen desde la
consagración, en 1246, de la antigua Mezquita Mayor de la ciudad musulmana,
tras la conquista de la misma por el rey santo Fernando III de Castilla. En su interior
se custodia, entre otras obras de arte y objetos religiosos, la reliquia del Santo Rostro
o «La Verónica», considerada el auténtico rostro de Jesucristo,
que habría quedado plasmado en el lienzo con el que la Verónica le secó la cara durante su pasión.
Está guardada en la Capilla Mayor, y se expone a veneración pública de los
fieles todos los viernes.
La Catedral de Jaén aspira en la actualidad a
convertirse en Patrimonio de la Humanidad,
puesto que sirvió de modelo para la construcción de otras catedrales de España
y América.
Ellos
vieron, a la luz de los últimos rayos del sol, el magnífico paisaje que
acabábamos de recorrer y, alumbrada por las antorchas, la gigantesca Catedral,
que parece desafiar con su altura y su tamaño la montaña que tiene al lado.
Esta Catedral posee en su tesoro -por lo menos así se lo han asegurado los canónigos a mis compañeros- el lienzo auténtico en el cual la Santa Verónica recogió, con el sudor de su pasión, la faz de Nuestro Señor. Último exto de Alejandro Dumas. WELIPEDIA, la enciclopedia libre.
Esta Catedral posee en su tesoro -por lo menos así se lo han asegurado los canónigos a mis compañeros- el lienzo auténtico en el cual la Santa Verónica recogió, con el sudor de su pasión, la faz de Nuestro Señor. Último exto de Alejandro Dumas. WELIPEDIA, la enciclopedia libre.
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