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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

domingo, 7 de marzo de 2021

MI PARTICIPACIÓN EN EL PERIÓDICO IDEAL SIERRA MÁGINA DEL MES DE MARZO DE 2021

 


8 DE MARZO, DÍA DE LA MUJER. HOMENAJE A CLARA CAMPOAMOR 

El 8 de marzo se celebra el Día de la Mujer. Es un día para reivindicar los derechos femeninos conseguidos a lo largo de tantos años de luchas y para decir que hombres y mujeres tenemos los mismos derechos, libertades y obligaciones. Para celebrar este día vamos a estudiar la vida de una importante mujer: Clara Campoamor.

Resulta indiscutible la gran importancia que esta mujer tuvo para nuestra democracia y para los avances en el tema de igualdad entre hombres y mujeres. Consiguió el sufragio universal, que legitima esa igualdad ante la ley, lograda en 1931, en los albores de la Segunda República.

         Clara Campoamor nació en Madrid en 1888, en el seno de una familia humilde. Siendo una niña, perdió a su padre y tuvo que dejar los estudios para ponerse a trabajar. Ejerció múltiples profesiones. Estas actividades fueron experiencias muy positivas que le serían útiles en su vida. Conoció a la gente de su tiempo con sus necesidades y sus carencias. Supo de las desigualdades entre hombres y mujeres. Estas inquietudes hicieron mella en su alma y años más tarde dieron luz a sus conquistas en el terreno de la igualdad.

         Cuando las condiciones económicas de su familia lo permitieron, continuó los estudios, Terminó el bachillerato con gran ilusión. Posteriormente, ingresó en la facultad de Derecho. En 1924 acabó los estudios de abogacía y comenzó su actividad jurídica. Con 36 años era una abogada ilustre. El personal masculino la miraba con cierto recelo porque en aquella época apenas había mujeres ejerciendo semejante profesión.

         Además de la actividad profesional y reivindicativa y de la inquietud política, le preocupaba la situación jurídica de la mujer española. Anhelaba alcanzar ante la ley la total equiparación de sexos sin que ninguno gozase de un trato preferencial sobre el otro. Desde 1925 combinó su tarea profesional en la Academia de Jurisprudencia con la participación en actos, conferencias y discursos dirigidos a las mujeres. En 1929 se incorporó a la carrera política. Tras la caída de Miguel Primo de Rivera, ingresó en las filas del partido Radical de Alejandro Lerroux. En 1931 formó parte de la candidatura republicana-socialista para las Cortes Constituyentes de la II República. Logró salir elegida diputada por Madrid junto con Victoria Kent. Estos fueron los únicos escaños ocupados por mujeres. Ambas estaban vinculadas al movimiento sufragista

         Mucho antes de realizar la defensa a favor del sufragio en el parlamento, comenzó la batalla dialéctica por el derecho al voto de las mujeres en la calle y en los lugares que frecuentaba. Acostumbrada a la lucha política, elocuente y con convicciones claras y firmes, entre sus intervenciones destacó la referida a la defensa de la concesión del sufragio femenino sin ningún tipo de limitaciones. En una hábil argumentación ante la cámara, Clara rebatió los argumentos esgrimidos en contra, centrados en la supuesta dependencia de las mujeres del clero, su falta de madurez política y el supuesto carácter conservador de su voto. Victoria Kent era contraria a la obtención del voto femenino. El debate sobre el mismo fue muy reñido. El discurso de Clara y la defensa que hizo del mismo fue superior.

Para esas fechas de 1931, el movimiento de mujeres había creado todo un estado de opinión acerca del sufragio universal, lo que fue de gran ayuda para la conclusión favorable al mismo en el desarrollo de las votaciones el 1 de octubre de 1931. Por 161 votos a favor y 121 en contra, las mujeres adquirían el derecho al voto.

         En sus tres años como diputada, participó en la defensa de la ley de Divorcio. Defendió la consideración de legítimos de aquellos hijos nacidos fuera del matrimonio, el derecho de las mujeres a ser admitidas, como testigos, en los matrimonios civiles y el ejercicio de las carreras derivadas del título de abogado. Además, fue Directora General de Beneficencia.

         A pesar de tan brillante carrera, fue muy criticada por sus correligionarios y rechazada su incorporación a las filas de Izquierda Republicana. Despertaba recelos y envidias entre los varones. No podían soportar que una mujer se pusiera a la altura del varón y que, incluso lo superara, que tuviera iniciativas, que su dialéctica fuera locuaz, hábil y brillante, que hubiera conquistado un puesto al que las mujeres hasta entonces no habían tenido acceso y mucho menos que hubiera defendido el voto femenino y consiguiera su implantación.

         Ella soslayaba semejantes habladurías y continuaba con su trabajo y con sus reivindicaciones en los ámbitos en los que había desigualdad entre sexos porque desde muy joven entendió que el hombre y la mujer tienen que ser iguales ante la Ley.

En 1935 publicó Mi pecado mortal. El voto femenino y yo, testimonio de sus luchas políticas y documento autobiográfico-político de primera magnitud.

           Por motivo de la Guerra Civil Española se exilió en 1937. En esta fecha publicó La Revolución Española vista por una Republicana. Vivió el exilio en Buenos Aires durante una década. Se ganaba la vida traduciendo, dando conferencias y escribiendo biografías. En 1940 intentó regresar a España porque sentía nostalgia de su tierra, pero no pudo hacerlo porque estaba procesada por pertenencia a una logia masónica. En 1955 se instaló en Lausanne (Suiza) y se dedicó a la literatura, continuó haciendo camino desde la escritura. Murió en Lausanne el 30 de abril de 1972.

         Gracias a ti, querida Clara, por defender nuestros derechos. Por esa lucha tan valerosa que llevaste a cabo, hoy el voto femenino es una realidad. Tu vida fue ejemplar en la pugna por las libertades de la mujer. Desde este foro y con mi humilde artículo quiero proclamar a los cuatro vientos que tú has sido un importante artífice para lograr la igualdad de derechos entre mujeres y hombres. 

Fotos de la Wikipedia 






                           

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