Hoy 28 de febrero, día de Andalucía, le vamos a dedicar un poema a nuestra tierra querida, salido del corazón.
El latido de mi tierra/ como una daga salvaje se me clava/ en el fondo de mi ser.
como sutil aguacero de perlas sobre el asfalto
fertiliza el erial de mis deseos.
Es una rosa purísima, prístina
en la desnudez de los rosales de mayo
que tiñe de ilusión la luz de mis pupilas.
Es una gaviota que, con sus alas de seda,
abanica los bucles del corazón.
Es un jardín sediento de margaritas,
de caléndulas y madreselvas,
de palomas que, silentes, sobrevuelan
los desiertos de mi piel.
Es luz radiante del alma que pinta
de claridades los días tenebrosos de mi vida.
El pálpito poli-rítmico
de nuestra tierra querida, luminoso,
nos espera en el rellano es
telar de los luceros
para bordar mariposas lunares
en el cielo azul-turquesa
que ensancha nuestra mirada.
Andalucía es una estrella
que gime, baila y canta al son de bulerías
que vierte su calidez de guitarra malherida
sobre las playas del verso.
Quiero vivir en mi tierra,
atrapada en sus dolientes entrañas
para embriagarme de coplas, de aceitunas,
de fandangos, de seguidillas y tientos,
de poesía...
Andalucía es un vergel
donde florecen los sueños.
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