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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

martes, 2 de febrero de 2016

GRANADA, CRESPÓN DE ANHELOS


 

Granada, canción doliente del agua.

Los susurros silenciosos de sus fuentes

tejen mil llantos dorados en el aire sonrosado


de la tarde, para poblar sus jardines de bellas flores,

que bordan primores y hechizos con aromas

y alboradas en el satén de los vientos.

            Los suspiros  de la Alhambra,

que ocultan penas de amor

de algún califa vencido,

los baña la luz del alba.
  
             Granada, ciudad dormida en el espejo de un  cielo,

cuajado de luceros y de estrellas.

Adornada por dos ríos cantarines, 

que discurren lentamente,

desde la sierra, hasta el mar Mediterráneo.

Son el Darro y el Genil, sutilezas de cristal,

profundas y mansas heridas, que conducen

sus lágrimas transparentes

a las orillas del mar.

 Sierra Nevada,  corona blanca  que adorna

de tibia  luz, tu morena cabellera,

de timidez y sosiego, de placidez y de calma

 Albaicín, barrio entrañable,

con sus estrechas callejas morunas,

acunando alguna pena en el murmullo del agua. 

 Granada, crespón de  delicados anhelos

que lloró con  alegría cuando el califa, Boabdil,
 
abandonó sus encantos.
 
POEMA PUBLICADO EN LA ANTOLOGÍA DEL III ENCUENTRO DE  POETAS  ANDALUCES, CELEBRADO EN GRANADA EN NOVIEMBRE DE 2014












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