En las fugaces entrañas
del
agua de la Charca,
el
tibio deseo de germinar
y
en el valle humedecido de su vientre,
la
frescura versátil de la hierba
verdeando
en su interior.
Las
orquídeas del deseo se derraman
en
sus manos encendidas de pasiones.
Su
magia es ternura y flor,
deleite
su melodía,
su
llanto, fértil llovizna
del
impoluto resplandor del alba.
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